No es la primera vez que el chileno Pablo Larraín se pone al frente de un biopic sobre una famosísima mujer. Lo hizo con Jackie Kennedy en 2016 y, ahora, repite experiencia con el siempre controvertido y multifacético personaje de Diana de Gales. La película titulada Spencer se centra en un fin de semana en el que la princesa Diana decide seguir su propio camino y despedirse de la corona de Gran Bretaña.
Para encarnar a Diana en esta etapa de su vida se eligió a Kristen Stewart. Una decisión que fue algo cuestionada por el escaso parecido que la joven actriz norteamericana guarda con la princesa. Sin embargo, después de conocerse la primera imagen de Stewart caracterizada como Lady Di, se ha disipado cualquier duda que hubiera al respecto.
En la imagen la vemos vestida con una blusa de lazada negra, un sombrero con redecilla negra y un abrigo de tweed rojo. Un icónico look con el que recordamos a Diana y que está perfectamente logrado gracias a los valiosísimos archivos de Chanel, quien ha rescatado este abrigo diseño original de la colección otoño-invierno de 1988/89 para vestir a la protagonista.
Curiosamente, sería unos años más tarde, en el momento en el que el divorcio entre el príncipe Carlos y Diana era ya una realidad cercana, cuando Lady Di decidió que no podría llevar una de las señas de identidad de la firma francesa: la doble C que decora muchos de sus accesorios y prendas. La anécdota la contaba el diseñador Jayson Brundson en la edición australiana de Harper’s Bazaar. Ese año, durante la gira australiana que Diana realizó en solitario, el diseñador acudió como voluntario para ayudar a Joh Bailey, quien se ocupaba del pelo y el estilismo de la princesa. La princesa comentó que había elegido un traje entallado en color crema de Versace para visitar un hospital pero que no sabía con qué accesorios llevarlo. Brudson le propuso un par de zapatos de Chanel sugiriéndole que irían de maravilla con su vestido, pero entonces Diana le dijo: “no, no puedo llevar una doble C”. Al preguntarle por qué, la princesa respondió “por Camilla y Charles”.
En opinión de Brundson, fue en un momento muy concreto, cuando después de cuatro años separados el divorcio se iba a materializar, por lo que esas “ces” entrelazadas le recordarían a Carlos y Camilla. Además, se trataba de unos zapatos con el famoso logotipo de Chanel en dorado, demasiado evidente y con el que Diana no se sentía cómoda en un momento como aquel, con el divorcio tan reciente. Una anecdóta que sin embargo no rompió para nada la alianza de estilo que Diana de Gales y Chanel tenían pues la princesa siguió vistiendo de la marca ininterrumpidamente.
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