A las gemelas Olsen, Ashley y Mary Kate, las podrá ver de muchas maneras –con abrigo y sandalias, con sandalias y calcetines, en chándal y con un bolso de Hermès– y, por supuesto, fumando. Pero lo que no encontrará tan fácilmente es alguna instantánea de las populares protagonistas de Padres forzosos con ropa ceñida, ajustada, apretada ni, por supuesto, de mala calidad. El cashmere, la alpaca, seda, el terciopelo, cualquier material noble que se les ocurre carece de secretos para las diseñadoras de The Row, la marca de ropa que fundaron en 2006. Un proyecto que, además de premios –cinco del Consejo de Diseñadores de Moda Americanos– y reconocimientos ha consagrado a las antaño estrellas infantiles como unas auténticas visionarias.
De hecho, si su look es hoy más sobrio y relajado y viste enteramente de negro, azul marino o beige y la camisa blanca no es en absoluto la prenda más aburrida de su armario, es en parte gracias a las Olsen. La influencia de The Row en las cadenas de moda pronta es tan innegable como las buenas críticas que recaban sus desfiles en la Semana de la Moda de Nueva York, que acaban con un tímido saludo de las hermanas, de 34 años. Ashley y Mary Kate, que se divorció a principios del año pasado de Olivier Sarzoky, hermano del expresidente de Francia Nicolas Sarkozy, son extremadamente celosas de su intimidad. Una dicreción de la que presumen también en su faceta como diseñadoras de moda. The Row, un ejemplo perfecto de lo que en la industria de la moda se denomina lujo discreto, no es una marca lo que se dice activa en las redes sociales. Por eso sorprende su última iniciativa: el lanzamiento de un site donde adquirir las prendas de su archivo. Las que inspiran tanto la filosofía de The Row como su estilo personal de vestir.
https://www.instagram.com/p/CJ8o94wnTpm/
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En la selección hay auténticas joyas: de un sastre de una falda de Comme des Garçons a un abrigo sin costuras de Issey Miyake –de este diseñador no falta una bufanda oversize con sus famosos plisados– a un kimono de John Galliano, pasando por la que sin duda es la pieza más espectacular: un sastre de alta costura de Chanel de 1970. De color azul marino y con un sutil borde rojo, solo se nos ocurre algo más apetecible por lo que pujar estos días: uno de los fabulosos abrigos de The Row,
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