Cómo no te has dado cuenta

Hola, he vuelto. Os he echado de menos.

La vida ahora me obliga a ir más lentamente. A guardar mis fuerzas para cuando las necesito. Economía de gestos hasta para hablar.

Los demás lo notan. Si hablo a la velocidad de siempre llega un momento en que pierdo el resuello. Como correr y cantar a la vez, pero sin moverme del sitio. Una putadita de la vida… aunque un regalo también en cierto modo: reaprender a hacer algunas cosas más despacio no está tan mal.

He leído un par de libros; he visto muchas series; he cocinado poco; me he cuidado a ratos. También he tenido algunos días muy muy malos, de los de llorar y auto compadecerme. Pero como hacerlo no me va a solucionar nada, suelto el moco un rato y luego me recompongo. Si eres madre sola no tienes tiempo de ponerte mala. Es un hecho.

Hablando de series (y voy a soltar un spoiler como la catedral de Burgos), viendo The Undoing he tenido una epifanía. Me ha pasado como cuando por fin el médico me confirmó el diagnóstico: ¡joder, sí, es por esto y no estoy loca!

Me explico. ¿Cuántas de nosotras tenemos un Innombrable en nuestra vida? Un buen puñado (muchas, si me atengo a vuestras cartas). Cuando nos quejamos de los males que nos hicieron (algunos continúan dando por saco, que no se van ni con agua caliente), siempre hay alguien que nos refriega aquello de “pues bien te parecía cuando le decías mi amor cuánto te quiero”, o “mucho quejarte, pero te ha hecho un hijo”. Nos responsabilizan, nos culpan. Y no niego que parte de la culpa sea NO VER lo que ven los demás con tanta claridad (a toro pasao, también te digo), pero que andan por ahí sin control unos cuantos personajes con rasgos sociopáticos, os lo puedo asegurar. De hecho, hay un estudio por ahí de una psicóloga de Harvard que asegura que 1 de cada 25 personas lo es.

Estaba viendo esta serie y empezaba a atar cabos, no los de la serie (que de guión un poco floja), sino los de mi propia historia y pensaba “coño coño coño… es que es ESTO”. Y me fui a San Google a buscar el significado de sociópata y ahí estaba: Innombrable, faltaba una foto suya al lado para completar el perfil.

Reconforta en cierto modo saber que si a toda una doctora en psiquiatría se la cuelan durante tantos años, a ti también te la pueden colar. Que saber mentir y construirse una personalidad (cuando en realidad eres otra totalmente distinta), es algo que algunos (y algunas, aunque la estadística dice que “ganan” ellos) hacen muy bien, y que puedes caer en su tela de araña. Que NO TODO es culpa tuya.

Darte cuenta y salir de ello no es nada fácil. Escucha a los que te quieren.

pd (no confundir sociópata con psicópata. El sociópata es producto de un entorno familiar, económico y de educación, y el psicópata se sospecha que lo es por causas genéticas. El primero es impulsivo. El segundo frío y meticuloso. Y hay niveles, por supuesto, sobre todo si no se detecta y se trata)

Pd2 (muchas gracias por vuestras cartas y vuestros mensajes. Sois las y los mejores lectores del mundo mundial).

///////////////////

PREGÚNTALE A PEPA
¿Tienes un dilema sentimental que no puedes contar en tu entorno? ¿Necesitas compartir tu historia o desahogarte con una desconocida? ¿No tienes ni idea de cómo empezar a utilizar una app para citas y quieres consejo? ¿Te apetece ponerme a caer de un burro? ¿Te ha pasado algo digno de salir en nuestras SITUACIONES BOCHORNOSAS? No te cortes, escríbeme a [email protected], o por Twitter a @amorentinder, o en Instagram a @amorentinder, o en Facebook a Pepa Marcos – El amor en tiempos de Tinder

Fuente: Leer Artículo Completo