La inesperada falda de flecos setentera que es tendencia

La estética de los años 70 está más de manifiesto que nunca. Estampados de cuadros, paisley, chaquetas de ante, abrigos afganos o cazadoras de aviador han protagonizado ya algunos de los regresos más destacados del otoño y todo apunta a que no serán los últimos. Relacionado con los anteriores, pero aún más alzados como tendencia gracias a las pasarelas de Prada, Dior o Bottega Veneta, nos encontramos con los flecos.

Cazadoras, vestidos o sobrecamisas se llenan de movimiento gracias a estos detalles pero, la que se ha alzado sin lugar a dudas como prenda estrella es la falda. Si bien hasta el momento habíamos observado versiones de carácter más festivo, de flecos más finos más cercanos a la estética de los años 20, ahora es otra versión la que llega dispuesta a copar los looks del día a día. Muchos la han bautizado como falda-manta, por su similitud con estos artículos del hogar tanto por el tejido, como por los estampados de cuadros tartán o por los flecos.

Con ellas se crea la alternativa invernal perfecta a los pareos o faldas cruzadas del verano, cambiando las texturas más finas por tejidos como el punto o la lana. Asimismo, mantienen el poder favorecedor de las anteriores al crear un efecto drapeado.

Las formas de combinarlas son tantas como si hablamos de cualquier otro tipo de falda. En este caso, y al ser habitualmente de largo midi, funcionan especialmente bien con botas de media caña, combat boots o botas cowboy. Respecto a qué elegir como parte superior, la fórmula es sencilla: apostar por básicos lisos.




En las firmas de moda

¡Lo quiero!

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