Entras en una tienda y tus ojos se posan directamente en las americanas, a pesar de que ya cuentas con una decena en distintos colores en el armario. Si esto te suena, eres irremediablemente amante de la sastrería y, sabrás, que no hay sensación que se compare a vestir un traje masculino, por no hablar de las dudas que resuelve frente al armario por las mañanas.
Por suerte para todos los suit lovers, la sastrería se ha impuesto una temporada más de la mano de firmas como Dior, donde Maria Grazia Chiuri apostó por los tintes setenteros, en Balenciaga, donde predominaron las americanas entalladas o en las atrevidas versiones asimétricas de Stella McCartney o Hermès. La lista de firmas que completan la guía de estilo del traje del otoño-invierno 2020/21 es aún más amplia: Givenchy, Versace, Rokh, Elie Saab o Burberry, entre otras.
Sin embargo, los dictados a pie de calle se desligan ligeramente en las propuestas de las pasarelas y se centran en el truco de estilo más repetido sobre el asfalto del pasado año. Hablamos de la sencilla fórmula de llevar un cinturón por encima de una americana oversize, ajustando la cintura y logrando una estética totalmente diferente que, incluso, permite llevarlas a modo de vestidos. Ahora, lejos conformarse con ello, la sastrería implementa el cinturón a la propia americana, bien sea a modo de lazadas, tiras largas que pueden enrollarse a lo largo de la cintura, o versiones con hebilla en el mismo tejido y estampado que la prenda en cuestión
Los argumentos estilísticos a favor de este tipo de americanas son infinitos. El más importante, por supuesto que se ajusta en la parte de la cintura, logrando hacer que la figura tome forma de reloj de arena.
¡Lo quiero!
¡Lo quiero!
¡Lo quiero!
¡Lo quiero!
¡Lo quiero!
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