Pasar meses de confinamiento en casa por culpa de una pandemia es algo que a nadie le gustaría tener que volver a experimentar en un futuro. Bueno, a casi nadie, porque para Shawn Mendes este tiempo de parón obligado acabó siendo un regalo que le permitió descubrir todo lo que se estaba perdiendo por centrarse demasiado en su trabajo.
Así lo reconocía el mismo durante una conversación reciente con el presentador Zane Lowe, autor de un famoso podcast de Apple Music donde cada semana entrevista a cantantes de éxito mundial para desgranar sus últimos lanzamientos discográficos. Y como Wonder, el nuevo disco de Mendes, ya lleva tiempo en el mercado; en esta ocasión hubo tiempo extra para responder a preguntas más personales.
Por ejemplo, cómo habían sido en realidad esos meses de cuarentena en los que Shawn se fue a vivir con su novia Camila Cabello y con toda su familia política a la mansión de Miami donde residen de manera habitual.
“El aislamiento y la cuarentena que hemos tenido que hacer por culpa de la pandemia que estamos sufriendo ha sido algo terrorífico y muy duro. Pero para mí también salió algo realmente hermoso de esta experiencia: la idea de no poder irte a ningún sitio. La obligación de quedarte quieto en el mismo lugar”, afirmó.
“Y eso que la primera semana que me fui a Miami a vivir con Camila, con sus padres y con su hermana tuve una ataque de pánico porque pensaba que en esas condiciones no iba a poder acabar el disco” continuó.
“Pero poco a poco empecé a acostumbrarme a lo agradable que es estar en el mismo lugar todas las noches. Hacer planes como ver una película, preparar la cena con la familia e incluso hacer la colada. Sé que suena un poco tonto, pero cuando has estado de gira por todo el mundo desde que tienes 15 años ya no recuerdas la última vez que entraste en una casa donde oliera a ropa recién lavada. Es un olor agradable y realmente relajante. Me hizo sentir otra vez como un niño”, afirmó.
“Y aunque por un lado toda esa quietud me trajo mucha ansiedad que tuve que aprender a controlar, por otro fue un período realmente reflexivo para mí. Uno en el que podía pararme a valorar lo que estaba creando sin tener que estar constantemente agobiado por lo que pensarían los demás de mi trabajo. Era la primera vez que tenía espacio en mi cabeza y en mi corazón no consumido por la presión de tener que cumplir expectativas ajenas”, explicó.
“Digamos que esta cuarentena ha sido la primera vez que me he podido quedar en silencio. La primera vez que me he podido preguntar qué está pasando en este mundo y cómo me siento al respecto. La primera vez que he podido reflexionar sobre qué quiero hacer de ahora en adelante. Sin duda, este es el mejor regalo que nadie me ha hecho en toda mi vida”, concluyó.
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