Cómo saber si la fatiga que sientes es síntoma de coronavirus o de otra cosa

Las cifras de contagios por coronavirus no paran de crecer y nuestra búsqueda de nuevos síntomas y señales para sospechar que estamos infectados, tampoco. Tanto que no es difícil encontrar comparativas de síntomas de coronavirus y resfriado y gripe a lo largo y ancho de internet. La ciencia se encarga, además, de espabilar nuestros instintos más hipocondriacos porque cada vez sabe más del coronavirus y comparte con nosotros nuevos síntomas de Covid (en los ojos, en la piel) y nuevas secuelas de dicha infección. La última de ellas es la confirmación de varias publicaciones científicas de que la fatiga post-covid existe (según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association el 87% de los pacientes dados de alta sufre al menos un síntoma dos meses después de la infección y en más de la mitad de los casos ese síntoma es el cansacio extremo). ¿Puede ser entonces la fatiga ser una señal de alerta para la gente que no tiene ningún otro síntoma? Veamos qué dicen los datos.

Cómo saber si la fatiga es un síntoma de Covid-19

El síntoma más común en las personas que desarrollan la infección por covid-19 es la fiebre. El segundo síntoma, la tos. Y el tercero, la fatiga. No es exraño que esto sea así, al fin y al cabo esa sensación de no poder con nuestra alma es bastante común en todo tipo de infecciones y las culpables del desaguisado son unas sustancias llamadas citoquinas. Estas pequeñas proteínas son las encargadas de espabilar a nuestro sistema inmunitario pero, desgraciadamente, tienen el efecto secundario de dejarnos para el arrastre.

¿Cómo podemos distinguir si nuestro cansancio está motivado por esa lucha contra la infección o porque llevamos dos meses encadenando noches en blanco? En primer lugar, porque el cansacio que provoca el coronavirus no suele parecer solo. Lo más común es que aparezca acompañado de otros síntomas y esos otros síntomas son de lo más variado, no son solo fiebre y tos. 

Puedes no tener ni fiebre ni tos, pero debutar en la infección con cansancio y dolor de garganta, o cansancio y dolores musculares, o cansancio y visitas frecuentes al baño, por ejemplo. Ten siempre en cuenta que el coronavirus puede infectar a todo tipo de células, desde las de tu intestino hasta las nerviosas, por eso es capaz de provocar tanta variedad de síntomas.

Un caso aparte es el de las personas que ya han pasado la infección pero, meses más tarde, continúan agotadas. Este fenómeno ha sido recientemente descrito en un artículo publicado en la revista científica Plos One con una triste conclusión: las mujeres poseen el doble de riesgo de padecer este problema que los hombres, especialmente aquellas que han tenido antecedentes de ansiedad.

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