Tras el encierro por el coronavirus y el estreno de la “nueva normalidad” llegaron las consultas de los dentistas abarrotadas. Un ritmo de afluencia que no ha decrecido con el paso de los meses porque el estrés, la incertidumbre y los efectos nocivos del teletrabajo siguen estando en el mismo punto en el que estaban en primavera. Y de todas las consultas que se hacen a los odontólogos desde que el coronavirus ha entrado en nuestras vidas hay una que está copando las urgencias: los síntomas asociados al bruxismo. “Todos los compañeros de profesión hemos notado que los casos de bruxismo han aumentado de manera preocupante. Además, los pacientes ya vienen a consulta siendo conscientes de que lo padecen y no sólo mientras duermen, sino que lo identifican también durante el día”, explica la Dra. Natalia García, experta en Implantología y Endodoncia de la clínica dental Oroa. ¿En qué consiste el bruxismo y cómo podemos prevenirlo? ¿Podemos evitar que nuestra boca pague la factura “dental” de la crisis del coronavirus? La experta nos ayuda a despejar todas las dudas.
Qué es el bruxismo y por qué nos afecta más en este momento
El bruxismo no es otra cosa que el “rechinar de dientes” de toda la vida. Una manera de canalizar nuestro estrés y ansiedad mediante el apretamiento y rechinamiento dental. Y no hay duda de que en este momento estamos más estresados y rechinadores que nunca.
“No solo el nerviosismo provocado por la situación hace que rechinemos o apretemos más los dientes, es que la nueva forma de vida y de trabajo, como el teletrabajo, nos hace adoptar posturas que no son las más recomendables, llegando a sobrecargar nervios y músculos de cabeza y cuello donde se encuentra la articulación temporomandibular, la gran afectaba por el bruxismo”, asegura la Dra. Natalia García.
La crisis por el coronavirus no solo nos ha complicado la vida, es que ha contribuido a cambiar por completo el prototipo de paciente que antes se consideraba el rechinador oficial. “Antes de la pandemia era muy fácil reconocer a los pacientes que bruxaban. Solían ser pacientes con un alto grado de estrés, maloclusiones severas o incluso con varias ausencias dentales. Pero en la actualidad están aumentando los casos de pacientes que no bruxaban y ahora sí”, asegura la experta.
Consecuencias de “rechinar” los dientes (y soluciones para el bruxismo)
A corto plazo el bruxismo daña los dientes y a largo puede llegar a afectar a nuestra capacidad para comer. Los síntomas que indican al ojo experto del especialista que formamos parte de este grupo de personas que antes no tenían bruxismo, pero ahora sí, son varios: aplanamientos en las cúspides y bordes de los dientes y muelas, retracción de encías, cavidades en el cuello de los dientes e incluso fisuras y fracturas dentales que nos llevan a urgencias.
Pero existen otros síntomas a los que podemos estar alerta y que nos pueden ayudar a acudir al dentista antes de que esas fracturas se produzcan, como por ejemplo el tener a menudo dolor de cabeza y dolor cervical, el que no podamos abrir por completo la boca, que nuestros dientes estén sensibles, o incluso, que nos duelan.
Si se detecta pronto el bruxismo con una férula de descarga (que ayuda a relajar la articulación temporomandibular, posicionándola adecuadamente mientras dormimos) se puede atajar el problema e impedir que vaya a más. “En los casos más severos o que no se han diagnosticado a tiempo, hay que tratar los dientes afectados por el bruxismo, pudiendo tener que hacer alguna obturación dental, que es la restauración del diente. Y en el peor de los casos, tener que realizar alguna extracción dental porque ese apretamiento ha provocado una grieta en la raíz del diente”, advierte la Dra. Natalia García. Si quieres escapar de este panorama, y sufres alguno de los síntomas que hemos descrito, la mejor idea que puedes tener hoy es pedir cita al dentista y que te revise a conciencia. No dejes que tu sonrisa se apague por la crisis del coronavirus.
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