Colgando del perchero en su despacho en la Base Aérea de Torrejón (Madrid) hay cuatro chaquetones con las siglas de la Unidad Militar de Emergencias. “Son prendas mayores”, explica el coronel de Infantería Francisco Javier Calzado, responsable al mando del Regimiento de Apoyo e Intevención en Emergencias.
Detalla las características de cada una –ignífuca, térmica, impermeable, etc.– e insiste en que quien le releve al frente de una de las unidades más queridas del ejército. “En la UME se invierte mucho, pero se le da a todo nuevos usos”. Todas esas prendas han quedado relegadas por la mascarilla que solo se quita para hacerse una foto. Trasladando a enfermos de Covid-19 a hospitales, entrando en residencias de ancianos o velando a los fallecidos en morgues improvisadas, ha visto el sufrimiento de cerca durante la pandemia. “Nadie está preparado para algo así”.
No trabajamos para que nos den las gracias pero siempre es un estímulo».
Mujerhoy Conoce la UME desde sus inicios, porque estaba en ella cuando se formó.
Coronel Calzado Estuve en la UME desde que se fundó, pero al cabo de tres años regresé al Ejército de Tierra. Al ascender a teniente coronel, el ahora general Vivas me ofreció la posibilidad de ocupar una vacante en la UME. Lo positivo es cumplir etapas, dejar paso a los que vienen detrás con sangre nueva para conservar ese impulso y regresar cuando puedas aportar la experiencia adquirida en otros destinos. No es bueno encasillarse en una unidad.
M.H. ¿Es diferente la UME de otras unidades?
Coronel Calzado En primer lugar, las misiones están generalmente relacionadas con la protección civil, aunque conservemos la capacidad de combatiente general. Y en segundo, el contacto permanente con las autoridades civiles y la población. Esto último tiene una doble exigencia, porque tu acción tiene un impacto directo sobre la gente. Lo más positivo es que también lo es el reconocimiento. No trabajamos para que nos den las gracias, sino porque es nuestra obligación, pero siempre es un motivo de estímulo.
M.H. La Legión está celebrando el centenario de su formación. La UME en un tiempo récord ha conseguido una popularidad comparable.
Coronel Calzado Las intervenciones de la UME tienen mucho reflejo mediático y trabajamos directamente con la gente, es lo que ha contribuido a que tengamos tanto impacto. La UME es un crisol de ejércitos, también de la Legión, cuyos miembros aportan ese carácter, energía y coraje propios de su credo a esta unidad. Todo lo que hacemos es importante y el esfuerzo de cada uno es fundamental. Se ha visto en la Operación Balmis, que arrancó la UME pero ha tenido además a la Legión, la Brigada Paracaidista, el Ejército del Aire, la Armada, la Guardia Real… Quizá se nos conoce un poquito más, pero solo somos la punta del iceberg de las Fuerzas Armadas en esta labor de protección a la población.
M.H. La UME nació entre acusaciones de intrusismo de bomberos y Protección Civil, y el rechazo de algunos sectores del Ejército.
Coronel Calzado Al principio, hubo mucho desconocimiento. La UME está pensada como un refuerzo y complemento de los dispositivos de emergencias, que actúa a requerimiento de las autoridades civiles cuando sus capacidades se ven sobrepasadas. Cuando se crea una unidad sin incremento de efectivos y presupuestos, hay que detraerlos de otros sitios para dotarla, y eso fue lo que provocó ese recelo inicial. La situación ahora se ha normalizado y muchos de los que eran detractores han acabado viniendo a la UME. Por eso es tan importante que haya circulación de personal.
M.H. ¿Hay “lista de espera” para acceder a la UME?
Coronel Calzado Digamos que sí. No es una unidad de primer destino, porque el personal primero tiene que devengar un tiempo en su ejército de origen, tras el cual ya se puede ingresar en esta unidad. Por cada plaza puede haber entre 20 y 30 personas que quieran optar a ella.
Nadie estápreparado, ni debería estarlo, para ver el sufrimiento humano».
M.H. En estos momentos, rondan los 3.500 efectivos. ¿Cuál es el porcentaje de mujeres dentro de la UME?
Coronel Calzado Aproximadamente el 10%, muy similar a la proporción que existe dentro de las Fuerzas Armadas. Entre ellas hay jefas de unidad y pelotón. La jefa de veterinaria, por ejemplo, está al pie del cañón en labores de desinfección. La jefa de laboratorio, la comandante Rodríguez, tiene a su cargo un 50% de mujeres. En cualquier caso, la proporción es más alta en cuestiones de calidad que de cantidad.
M.H. Sabíamos que podían intervenir en incendios, inundaciones y otras catástrofes naturales; ¿estaban preparados para intervenir en una crisis epidemiológica?
Coronel Calzado Estamos entrenados para responder a un riesgo biológico. El año anterior hubo un rebrote del Ébola en África y nos preparamos para una posible intervención. No esperábamos que llegara una pandemia, eso es algo que nunca se espera, pero los cometidos no nos son ajenos. Estábamos preparados para una crisis de un menor tamaño, que nos permitió atender a las primeras misiones en las que se nos reclamó. Luego se mejoró la capacidad de la UME para atender la emergencia y formar a otras unidades para tareas de desinfección, sectorizar residencias de ancianos… Transmitimos esa información al dispositivo civil y, a su vez, la completamos con sus experiencias. Hemos aprendido que en una emergencia así nadie tiene la verdad absoluta y que todos tienen algo que aportar. Por eso, cuantas más personas estemos en contacto irá en beneficio de todos.
M.H. Las imágenes del Palacio de Hielo de Madrid convertido en morgue y de la entrada en las residencias de mayores serán difíciles de borrar.
Coronel Calzado Creíamos que el más complicado a nivel psicológico iba a ser el traslado de fallecidos, proceder a su enferetramiento, velarlos en ausencia de sus familiares… Sin embargo, fue más duro llevar a los enfermos a otros hospitales y hoteles medicalizados. Había gente mayor, pero también joven. Ver de cerca esa vulnerabilidad impacta. No estamos preparados, ni deberíamos estarlo, para presenciar el sufrimiento humano a esa escala.
M.H. Dado el desgaste emocional, ¿cómo afrontan la segunda ola?
Coronel Calzado Se hizo desde el primer momento una preparación psicológica. Antes de intervenir, había una reunión para explicar qué íbamos a hacer y los problemas que podían encontrarse, junto a unas estrategias para afrontarlo. Al finalizar la misión, fuera la hora que fuera, había un debriefing para comunicar al psicólogo lo que se había experimentado. Quien necesitaba un apoyo individual, lo recibía.
M.H. ¿Deberían haberse visto imágenes más explícitas para concienciar a la población de cara a la segunda ola?
Coronel Calzado No lo sé, el efecto de esas campañas agresivas no está probado. En España tenemos una baja percepción de riesgo. Somos un país sin grandes peligros naturales, salvo zonas puntuales en las que puede haber incendios o gota fría. La ley, desde 2015, dice claramente que somos responsables de nuestra protección pero no está interiorizado. En Italia o Reino Unido son más conscientes y hacen simulacros a todos los niveles. Aquí parece que no queremos alertarnos o amedrentar a la gente, y es algo que a veces juega en nuestra contra.
M.H. ¿Se fue de vacaciones? ¿Detectó relajación en el cumplimiento de las normas y recomendaciones sanitarias?
Coronel Calzado Tuve la suerte de ir a Sanxenxo y la gente estaba muy concienciada. Había una vigilancia especial en las playas, de la que doy fe. Haciendo deporte, me retiré un momento la mascarilla y la policía local me dijo que me la pusiera de nuevo. En general, creo que se han obedecido las normas. Yo al menos no he tenido que llamar la atención nadie. ¡Me lo hicieron a mí! [Risas] Y está bien que así sea.
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