Oviedo fue el día 16 la capital de la Cultura y las Humanidades. La ciudad lució de azul. Fue el color que tiñó el guión de una ceremonia única, atípica, contenida en vídeos, pero no en emoción. La 40º edición de los Premios Princesa de Asturias llegó con mucha expectación debido al formato limitado al COVID. La Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo puso el calor en el Patio de la Reina del Hotel de la Reconquista.
Llegaron los premiados con un poco de adelanto. Andrea Morricone, hijo de Ennio y encargado de recoger la distinción en su nombre, llegó con la batuta en la mano. Carlos Sainz, súper puntual, estaba feliz. A las 18:26 hicieron su llegada Los Reyes, sus hijas y la reina Sofía, que nunca se pierde esta cita.
La ceremonia, intensa y activa, estuvo conducida por una voz en off. Por segundo año consecutivo, Leonor iba a pronunciar un discurso en Oviedo. La heredera escogió un look hecho a medida del acto. En color nude y con un top con pedrería. Pero el protagonista absoluto de su estilismo fueron los zapatos de salón. Por los tacones. Los tacones cambian el andar y el lenguaje gestual del cuerpo. Los zapatos de Leonor imprimían con fuerza un look ya no adolescente, sino de una joven de 15 años (los cumple en unos días).
“Mi hermana Sofía y yo hemos aprendido es el sentido de la responsabilidad. Nuestros padres nos lo han enseñado siempre”, dijo Leonor en su discurso de casi cuatro minutos.
Hubo momentos muy emocionantes en el acto: la entrega del premio de la Concordia a los sanitarios españoles, una distinción en reconocimiento a los que lucharon en primera línea contra el COVID. Para el recuerdo, los ojos de lágrimas de algunos de los distinguidos, como Teresa López Pernia, madre de la médico de familia Sara Bravo López; y Nieves Mijimolle Cuadrado, titular de oficina de Farmacia.
Otro instante para la memoria fue para Andrea Morricone y su batuta. El director de orquesta se levantó, sacó la batuta de su cajita y se desplazó al Patio de los Gatos, contiguo a la sala. Allí, con las puertas abiertas, dirigió la interpretación de “Deborah’s Theme”, tema central de ‘Érase una vez en América’, compuesto por su padre.
¿Y los looks…? La Reina, en su tercer estilismo en Oviedo, evitó el estreno. Esta es la consigna desde el verano. Nada de looks protagonistas, nada que desvíe el foco de atención. Pero nada. Doña Letizia repitió un vestido impecable de Josep Font para Delpozo. Un vestidazo. Su elección, en azul, marcó el guión de la noche, también azul. El color del Principado es azul. El Rey escogió una corbata azul. La infanta Sofía, con un vestido hecho medida como su hermana, se decantó por el verde. Lo mejor de su estilismo, una trenza que le caía sobre el hombro. Estaba muy guapa. La falda verde de corte lady era más bonita que el top de plumeti.
Puso el cierre de la 40ª edición el tradicional pasacalles asturiano El Xarreru. Pero hubo un detalle. Todos los años, al clausurar la ceremonia, Felipe VI convoca los premios del año que viene. Sin embargo, en esta edición no pronunció las palabras.
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