María Teresa Álvarez, viuda de Sabino, mano derecha del rey Juan Carlos: Me da pena que un legado se tire por la borda

Viernes 9 de octubre. Cinco de la tarde. Desde las tres no se puede abandonar Madrid sin una causa justificada. El Gobierno ha decretado el estado de alarma en la capital de España ante el avance de la pandemia de coronavirus. La periodista e historiadora María Teresa Álvarez (Oviedo, 74 años) pasará el puente con motivo del Día de la Hispanidad en la ciudad, donde se mudó en 1987 y en la que vivió con su marido, Sabino Fernández Campo, exjefe de la Casa del Rey y mano derecha de Don Juan Carlos durante 17 años, hasta su muerte en 2009. Me cito con ella en un céntrico restaurante de la zona de Colón para hablar, entre otras cosas, de uno de los confinamientos más largos de la historia de España: el de la reina Juana La Loca. La monarca, quien fue traicionada y encerrada por su padre, su marido y su hijo para arrebatarle la corona de Castilla, es el personaje principal de su última novela, Juana de Castilla (Ed. Esfera de los Libros), a la venta desde este miércoles 15 de octubre.

Nosotros nos quejamos pero la reina Juana estuvo casi 50 años encerrada en Tordesillas…
¡46 años! Yo creo que hasta el más cuerdo no acaba bien.

¿Cómo era su día a día?
Horroroso. Era una mujer culta. Hablaba en francés sin problemas, le gustaba la música, cantaba y bailaba muy bien, y su pasión era montar a caballo, pero allí [en el castillo-cárcel de Tordesillas] hasta le tapiaban la ventana en ocasiones. Tuvo un carcelero, Hernán Duque, que decía que lo que ella necesitaba era afecto. En ese tiempo, se arreglaba e incluso salía a pasear, pero cuando llegó el marqués de Denia todo cambió.

¿Por qué decían que estaba loca?
Montaba unos números increíbles. No aceptaba que su marido la engañara. Su madre, por ejemplo, lloraba en soledad ante las infidelidades de su padre, Fernando El Católico. Este rey era mucho más infiel que Felipe El Hermoso. Juana, una reina educada para ser reina, no podía armar los follones que armaba por las deslealtades de su marido. No quería controlarse. Por otro lado, la película de Vicente Aranda o los cuadros de Pradilla no le han hecho justicia a la hora de retratarla.

¿Qué es lo que ha descubierto en este libro?
Me he planteado interrogantes y he intentado responderlos. Juana no tenía ambición de poder. Si ella no hubiese heredado Castilla, hubiese sido una condesa de Flandes más. No le interesaba gobernar. Cuando muere su madre y le toca convertirse en reina de Castilla, pide ayuda a su padre. Fernando El Católico y Felipe El Hermoso la declaran incompetente para gobernar. Ella va libremente a Tordesillas, pero no sabe que la van a encerrar.

¿Cuál es el episodio de su vida que destacaría?
¡Pobrina! Ninguno. Me sorprende su fuerza hasta el final. Murió con 76 años y llevaba encerrada desde los 30.

María Teresa descubrió su capacidad para la divulgación cuando tenía 19 años durante un viaje a Roma, “una ciudad en la que tengo la sensación de la trascendencia”. Fue al escuchar a la presentadora de un acto folclórico cuando se dio cuenta de que lo suyo era la comunicación. Poco tiempo después, se matriculó en Periodismo en Madrid. En Asturias, fue la primera mujer cronista deportiva en la radio asturiana y la primera presentadora del programa regional de TVE. Hasta los 50 años, María Teresa se dedicó a trabajar y a viajar, pero, “en el 76 o 77”, conoció a Sabino Fernández Campo, entonces casado y subsecretario del Ministerio de Información y Turismo. Durante los años posteriores coincidieron en Madrid y la amistad terminó en boda en 1997. En aquella época, Sabino, ya viudo, había dejado de trabajar para el rey. Don Juan Carlos prescindió de sus servicios como jefe de su Casa por “pérdida de confianza”. Sabino fue uno de los primeros en avisar al monarca del peligro de rodearse de amigos de dudosa reputación.

Cuando me ha recibido, María Teresa no ha tenido problemas en hablar brevemente de su marido. Sin embargo, cuando enciendo la grabadora, la periodista cambia de actitud.

Le tengo que preguntar por el rey Juan Carlos. ¿Qué opina sobre todo lo que está sucediendo?
Me vas a respetar, pero no quiero hablar del asunto. Lo pones así en el texto. Yo preguntaría exactamente lo mismo porque soy periodista, pero no quiero pronunciarme. Me da mucha pena y voy a decir cosas… Me da pena a mí personalmente y es un momento muy triste el que estamos viviendo.

¿Por qué le da pena?
Por lo que él ha hecho. Ha hecho cosas mal. También ha hecho cosas muy bien. Me da pena que una vida y un legado se tiren por la borda.

¿Cuáles son los aciertos del rey emérito?
No quiero hablar. Mi postura es de cariño hacia él porque el cariño no se pierde cuando una persona se equivoca y porque me produce dolor hablar de ello. Mi postura de defensa a Don Felipe es total y absoluta.

¿Cree que España está preparada para un posible cambio en el modelo de jefatura de Estado?
La España que estoy viviendo no me gusta.

¿Por qué?
Por muchas razones. Por el tratamiento del Covid, por ejemplo. ¡Por todo! Haces un examen de toda la situación y no me gusta. He ido a Italia ahora y he tenido que hacer un PCR. Aquí, la T4 del aeropuerto está abierta a todo el mundo.

¿Cómo conoció al rey Juan Carlos?
No quiero. De verdad. Respétame.

Dígame, como autora de libros sobre realeza. ¿Cuál cree que es la esperanza de vida de la monarquía?
Que no, que no, soy experta en la época anterior.. Lo siento. Ni del futuro de la monarquía ni nada. Yo quiero desligarme de esto.

Hablemos de Don Felipe, entonces…
Creo que quiere a España. No puedes hacer responsable a un hijo de lo que ha hecho un padre. Creo que es un buen rey. Yo me fio de él.

¿Cuáles son sus retos?
Es cumplir siempre con su deber.

¿Es el exilio una especie de maldición para la realeza?
El exilio existe siempre para reyes y no reyes. No tiene porque ir unido a la monarquía.

¿Cree que España es un país monárquico?
No lo sé.

¿Siempre fue monárquica?
Considero que la monarquía ha hecho bien a este país y yo en ese sentido estoy agradecida. La monarquía es lo que nos mantiene unidos.

Hubo aciertos, entonces. ¿Cuáles fueron?
Muchos, pero de verdad que no voy a hablar de eso. Hablemos de la reina Isabel II si quiere.

En 1904, Alfonso XIII se ausentó del funeral de su abuela, la reina Isabel II, en París debido a una visita a Cataluña, en plena insurrección nacionalista… ¿cómo han gestionado el independentismo catalán otros monarcas a lo largo de la historia?
Felipe V fue el primer borbón en hacerlo. Cataluña nunca fue reino. Eso lo descubrí escribiendo Urraca, reina de Asturias.

Echando la vista atrás, ¿han sido mejores las reinas o los reyes?
Ha habido reinas buenas. Cristina de Habsburgo Lorena, la madre de Alfonso XII, fue importante porque creía la constitución hasta el final. Si ella viviera, la República no hubiese fructificado.Los republicanos la respetaban. Nicolás Salmerón [presidente de la Primera República Española] dijo: “Un español solo puede quitarse el sombrero delante del santísimo sacramento bajo palio y de la reina regente”. Ella gobernaba este país cuando perdimos la isla de Cuba y ese hecho no afectó para nada la monarquía.

No hemos hablado de la reina Sofía, ¿ha sido buena?
Maravillosa.

¿Qué lugar va a ocupar en la historia el reinado de Don Juan Carlos?
Un lugar importante sin duda alguna, pero…

¿Qué necesita Leonor para ganarse la adhesión de las nuevas generaciones?
Te hablo de Leonor, la hija de Juana de Castilla, si quieres…

¿Podemos hablar de Sabino? Su nombre ha sonado con fuerza durante los últimos meses de escándalos del rey Juan Carlos.
No. No veo nada. Que cada uno opine lo que quiera.

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