Esperar 20 minutos bajo un sol de justicia o mientras sopla un viento gélido de los Alpes a que empiece un desfile de moda puede dar al traste con la melena más repeinada. No así con la de Naty Abascal (Sevilla, 77 años). La española que ha posado para Richard Avedon y actuado para Woody Allen es capaz de soportar jornadas maratonianas sin que el cardado de su peinado sufra la más mínima consecuencia. “Dos de las cosas que amo de ella son su sentido del humor innato y su capacidad para no tomarse a sí misma demasiado en serio. Creo que estas dos cualidades son definitivamente las que la convierten en un genuino espíritu libre”, me dice una de sus muchas íntimas en la industria de la moda, la diseñadora Veronica Etro. “Naty posee una elegancia natural, es quien mejor representa esa mezcla entre tradición y excentricidad tan característica de Etro”, continúa sobre quien suele ocupar, de hecho, los puestos más altos en el escalafón de elegantes internacionales.
Además de una gran amiga, Veronica Etro considera a Naty Abascal una musa. De ahí que la sevillana sea una de las protagonistas de la nueva campaña The Pegasus Club, en la que el fotógrafo holandés Matthias Vriens ha retratado a otros amigos de la casa italiana como Anna Dello Russo. Una idea que, según la responsable del prêt-à-porter femenino de la marca, nace de su “deseo de experimentar con lo inesperado sin dejar de ser coherentes ni de guardar fidelidad a nuestros códigos y a nuestra estética”. Un mensaje que no puede sonar más oportuno, y pasa naturalmente por apoyar el saber hacer… y a los amigos.
Así, otro de sus proyectos para esta temporada es una colección cápsula de zapatos con el famoso zapatero Gianvito Rossi. Hijo de otro célebre artesano del calzado, Sergio Rossi, fallecido en abril a los 84 años de edad a consecuencia del coronavirus, Rossi ha diseñado una línea de sus característicos salones de tacón con el famoso estampado Paisley de Etro, el mismo que adorna las gabardinas de charol con las que finalizó el desfile otoño-invierno 2020/2021 de la firma celebrado el pasado febrero en Milán.
Ese día Naty llevó un vestido blanco de inspiración romántica y un poncho estampado. Las noticias empezaban a ser preocupantes, pero, pertrechada tras sus gafas de sol, la modelo y estilista no perdía su sonrisa. Esperamos volver a verla pronto en una semana de la moda, impecable llueva, nieve o haga sol. Será la señal definitiva de que todo ha vuelto a ser como antes.
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