Silvia Jato: "La única manera de convencer a un menor es a través de la educación"

‘Menores, ni una gota’ es el lema de la campaña que puso en marcha la Fundación Alcohol y sociedad, en el año 2010, para prevenir el consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad.

10 años después, es momento de hacer balance de esta iniciativa y para ello, hablamos con la directora de Relaciones Institucionales de la Fundación, Silvia Jato, recién aterrizada en este cargo…

Corazón Creo que no costó nada convencerla…

Silvia Jato Nada, y te voy a decir por qué. Hicieron algo muy interesante: llevarme a uno de esos programas pedagógicos que imparten en los colegios y vi cómo la reacción del alumno con el monitor era perfecta. Imagínate, estamos hablando de chicos menores a los que habitualmente es muy difícil arrancarles una palabra. Pude comprobar cómo se generaba una comunicación increíble entre ellos. Eso me atrajo muchísimo.

C. Además, como madre, tiene que preocuparle el tema…

S. J. Tuvo que ver muchísimo el hecho de que fuera madre de tres hijos que, además, están en esa edad conflictiva. Te preocupa porque crees que conoces todo de ellos y no, para nada.

C. Hay padres que a los que les preguntas si sus hijos beben y te dicen que no, que sus hijos no prueban ni una gota de alcohol.

S. J. Así es. Cuando cierran la puerta de casa y se van, no sabes lo que hacen y es complicado conocerlo. Tendrías que tener un inspector siguiéndoles porque, además, son muy hábiles para ocultarlo. Así hemos sido todos, nos gusta lo prohibido… Pero, por otro lado, te diré que el 48% de los padres son conocedores de que sus hijos beben.

C. Esta campaña, ‘Menores, ni una gota’, está dirigida a menores entre 12 y 18 años.

S. J. Iba dirigida al triángulo de la adolescencia, a lo que rodea al adolescente: familia, colegio y amigos. Son iniciativas que lo que hacen es impactar en la familia a través de programas específicos a los padres, otros para profesores y, por supuesto, el entorno de los amigos, en los programas que se dan en los colegios.

C. ¿Qué se pretende con esta campaña?

S. J. Concienciar, educar… porque creemos que, desde toda la experiencia que avala a la Fundación a lo largo de sus veinte años, la única manera de convencer a un menor es a través de la educación. Al menor hay que ganarlo a través de un lenguaje muy cercano.

C. Dándole alternativas…

S. J. Alternativas de ocio que logramos ofrecerles gracias a la Universidad de padres con la que trabajamos muy de cerca.

C. Ahora mismo, la edad de inicio al consumo de bebidas alcohólicas se encuentra en los 14 años y es una ‘buena’ noticia, porque hace algo más de 5 años estaba en los 13…

S. J. El problema es que ahora, lo que se está dando mucho es lo que ellos llaman ‘atracón’, beber sin fin en una noche. Analizando los porcentajes del último mes, vemos que el 31% de estos menores consume de esta manera. ¿Tenemos que ser alarmistas? Sí, pero también debemos tener en cuenta que se van reduciendo esas cifras. De hecho, como decías, ha aumentado la edad de acceso del menor al alcohol y ha disminuido la cantidad que consume. Además, hemos conseguido que cambie la visión que tiene el joven del alcohol.

No hay ningún menor que consuma sin que un adulto se lo haya proporcionado»

C. Es importante la visión o el enfoque, porque todavía no estamos lo suficientemente concienciados. El alcohol sigue siendo esa droga legal y, por tanto, aceptada.

S. J. El alcohol está muy institucionalizado en este país, sobre todo en el consumo excesivo. Tú ves a alguien drogado y piensas: «¡pobre hombre!». Sin embargo, te encuentras a un borracho y dices: «¡menuda lleva este!». Incluso al expresarlo, somos condescendientes con el uso abusivo del alcohol. Debemos ser capaces de lograr que los que van a ser el futuro de esta sociedad vayan siendo responsables en un consumo que no se debe producir antes de los 18 años. Eso sí, no debemos criminalizar el alcohol porque es una sustancia que existe, está ahí y convive en la sociedad y en la gastronomía y, utilizándola con lógica, no tiene por qué dañarte. Pero no olvidemos que el alcohol causa un daño sanitario y social, que puede llevar consigo un peligro de Responsabilidad Civil: coches, motos… El problema del exceso de consumo de alcohol causa la mayor parte de los accidentes de tráfico, que se producen en este país, junto con las drogas. La sociedad, además, debería dar un giro y elaborar el estudio de alcohol y drogas por separado. No deberíamos meterlo en el mismo pack, porque no es lo mismo y, además, es raro que vayan ligadas. Son combinaciones que pueden existir, pero no van necesariamente unidas. Y un mensaje que tiene que prevalecer es: que no hay ningún menor que consuma sin que un adulto se lo haya proporcionado. Esto es lo que nos debe preocupar.

C. ¿Cómo se lleva a cabo, sobre el terreno, el programa ‘Menores ni una gota’?

S. J. Este programa surge junto con la Universidad de Barcelona hace 20 años, con un objetivo: desmitificar los mitos del alcohol. Esa idea de que no importa que bebas, que te desinhibe, que puedes tener mejores relaciones con los amigos… Muchas veces, los menores beben porque tienen un problema de falta de comunicación, no hablan, no se relacionan. Desde el origen de la Fundación se dieron cuenta de que se conseguía muchísimo a través de las charlas que daban esos monitores experimentados y vieron que los alumnos reaccionaban positivamente. Lo sabemos porque además de dar programas, elaboramos un análisis de resultados, que analizamos nosotros, a través de nuestro Comité Científico y que, además, se audita a través del Instituto de Drogodependencia de Deusto, un instituto libre, independiente, que no solo coge nuestro muestreo experimental en los colegios donde actuamos, sino que lo contrasta con los colegios en los que no intervenimos. Ahí viene el éxito: en estos años, la incidencia ha sido de 2 millones y medio de alumnos y hemos logrado que 7 de cada 10 chicos modifiquen el consumo del alcohol.

C. Se imparte en centros de Madrid, Andalucía, Cataluña y Extremadura, ¿son las comunidades que más lo necesitan?

S. J. No, lo que queremos es llegar a todos los sitios, pero somos una Fundación y no tenemos todo el alcance que quisiéramos. Creemos que podemos llegar pronto a otras comunidades, porque lo privado y lo público tienen que ir de la mano cuando no hay recursos y sobre todo porque tenemos esa experiencia que nos avala.

C. ¿Qué tiene entre manos ahora la Fundación Alcohol y sociedad?

S. J. Muchos proyectos. Tenemos un acuerdo con las Fundaciones del Real Madrid y del Atlético de Madrid, porque creemos que el deporte es una de las piezas fundamentales para que esos chicos sean conscientes de que hay un ocio sano. Este año cumplimos 20 años y haremos maratones, entrega de premios, carreras… tenemos un año por delante de mucha actividad.

C. Y, ¿Silvia Jato, a nivel profesional?

S. J. Tengo varios proyectos y dentro de poco voy a colaborar en el programa de Máxim Huerta en TVE. Yo siempre estoy abierta a la televisión, que es algo que llevamos en vena, no podemos dejarla, nos maltrata y nos mima, es una sensación de enganche total. Esto sí que es pura adicción. (Risas)

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