Nicole Kidman desmiente que rodar ‘Eyes Wide Shut’ provocara su divorcio de Tom Cruise

Existen muchos mitos, leyendas y rumores sobre el matrimonio de Nicole Kidman y Tom Cruise. Casados durante 11 años, la pareja se separó en 2001 en el que sigue siendo uno de los divorcios más mediáticos de la historia de Hollywood. Uno que llegó además acompañado de un pacto de silencio: ninguno de los dos ha querido nunca hablar en público sobre las verdaderas razones que les llevaron a tomar esta decisión. Aunque la sombra de la Cienciología siempre ha estado presente en todas las conversaciones en torno a este tema.

Uno de los datos más curiosos sobre esta ruptura es que llegó solo dos años después de que la pareja participara en la que fue la película más personal y dura que nunca han protagonizado: Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrik. La última cinta dirigida por el genio británico cuyo rodaje de dos años de duración puso al límite a Cruise y Kidman.

En lo artístico, porque Kubrik les hacía repetir decenas y decenas de veces una misma toma hasta lograr la perfección que el buscaba. En lo personal, porque ambos se desnudaron en cuerpo y alma para interpretar a un matrimonio en crisis que, en el imaginario popular, fue el principio del fin de su historia de amor.

Un supuesto viaje a los infiernos que Kidman acaba de desmentir durante una entrevista con el New York Times en la que por primera vez desde entonces responde a la pregunta de si aquel rodaje tan complicado, en el que ambos tenían que agredirse emocionalmente delante de la cámara, afectó realmente a su matrimonio con Tom Cruise.

“Entiendo que eso encaje con la narrativa que el público se ha creado viendo lo que ocurrió después, pero yo definitivamente no lo veo así. En aquel entonces Tom y yo estábamos felizmente casados”, afirma Nicole.

“Cuando terminábamos de rodar esas escenas, alquilábamos un circuito de karts y nos íbamos a hacer carreras a las 3 de la mañana. No sé qué más decir sobre esto. Quizás no tengo la capacidad de poder mirar atrás y analizarlo. O quizás es que no quiero hacerlo”, concluye.

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Lo que sí recuerda bien de esa época es que le encantó rodar con Kubrick a pesar de que fuera un director famoso por poner al límite a sus actores. “Trabajamos con el mejor cineasta y aprendimos mucho sobre nuestras vidas. Disfrutábamos en el set de rodaje. ¿Por qué íbamos a querer que terminara? Sí, fuimos allí pensando que serían tres meses de rodaje que luego se convirtieron en dos años. Pero al final sabías que mientras te entregaras a lo que te pedían ibas a pasar un tiempo increíble”, asegura la actriz.

“Stanley no fue un torturador. Era arduo porque le gustaba rodar mucho. Pero después yo me sentaba en el suelo de su oficina y hablaba con él y veíamos videos de animales juntos. Una vez me dijo que los animales eran mucho más agradables que los seres humanos. Recuerdo que lo dijo mientras un documental sobre vida salvaje en el que aparecía un león persiguiendo a un antílope. Una escena que él apenas podía ver. Interesante, ¿no?”, concluye.

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