Mario Casas nos gusta más como psicópata malvado que como sex symbol y su última peli, El practicante, lo demuestra

Una semana y media en el top 5 de lo más visto de Netflix (varios días en el primer puesto) y aguantando el tirón ante estrenos como la esperadísima ‘Enola Holmes’ de Millie Bobby Brown o la serie de Ryan Murphy con Sarah Paulson, ‘Ratched’. Eso es lo que ha conseguido ‘El practicante’, la octava película de Mario Casas para Netflix, dirigida porCarles Torras.

Hace unos meses, Casas estrenaba en otra plataforma, Movistar+, la serie thriller-erótico ‘Instinto’, que no tuvo tan buena respuesta de público y crítica. ¿Ha dejado de ver el público al intérprete como el chico de ‘Tres metros sobre el cielo’ para buscar su faceta más turbia?

En ‘El practicante’, Mario Casas vuelve a hacer un ejercicio de transformación física importante. En esta película interpreta a Ángel, un técnico en emergencias sanitarias que sufre un accidente que le deja terribles secuelas. A partir de este momento, empieza a obsesionarse con que su pareja, Vane (Déborah François), le es infiel. Y eso le lleva a hacerle la vida imposible. Con este personaje, Casas presenta a un maltratador narcisista con escenas difíciles de soportar para los espectadores más sensibles.

El reverso tenebroso de Mario Casas también enamora

Este año hemos visto a Mario Casas iluminado por esa luz azulada tan de todos los thrillers que se ruedan hoy día. Y también mucho en Netflix. Ha rodado junto a Javier Gutiérrez (a quien por su habilidad para hacer reír, hacer llorar y hacer temblar de miedo le consideramos nuestro José Luis López Vázquez contemporáneo, con permiso de Antonio de la Torre) otra peli del género, ‘Hogar’, y la serie ‘El inocente’ junto a Aura Garrido.

2019 fue un año más tranquilo para el actor, copado principalmentepor la serie de Movistar+, ‘Instinto’, una de las grandes apuestas del año que muchos vieron como una versión patria de ‘Cincuenta sombras de Grey’, algo que Casas desmentía cada vez que tenía oportunidad. Dentro del difícil género del thriller erótico, la serie nos contaba la historia de Mario Mur (Casas), un exitoso empresario tecnológico emocionalmente no disponible que desata su pasión en un club sexual secreto y que empieza a cambiar cuando conoce a la psicopedagoga de su hermano con autismo. Un poco sí que se parecía, Mario.

Pese a que sobre el papel el proyecto tenía todos los mimbres paratriunfar, Movistar+ descartaba hace unos meses una segunda temporada. Casas llevaba ya unos años intentando no ser el reclamo erótico-romántico de las ficciones (al menos no solo), casi desde ‘Palmeras en la nieve’ (2015) junto a Adriana Ugarte. Durante estos últimos años se ha esforzado por escoger papeles muy lejos de lo que se esperaba de él, apostando por los villanos. Ahí estaba, por ejemplo, la entretenidísima ‘Contratiempo’ (2016).

Un camino en el que el público parece querer acompañarle. Carles Torras, el director de ‘El practicante’, explicaba en un ‘detrás de las cámaras’ de la película: «En Mario pensé porque es un actor que tenía una faceta que no estaba explorada todavía, una faceta que yo veía en él muy clara y con mucho potencial». Y viendo los resultados con este film, nos queda ‘evil’ Mario Casas para rato. Y nosotros que nos alegramos.

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