El pasado viernes, Paloma Cuevas celebraba su 55 cumpleaños. No, no hubo felicitación pública de Enrique Ponce. Bastante revueltas andan las aguas de la presión mediática como para añadir ingredientes extra o dar motivos para que la bola de nieve se haga más grande. Desde luego, se marcaron diferencias con la felicitación a su actual pareja, Ana Soria, que lo celebró días antes. Pero todo esto entra dentro de la lógica.
Como también que, dentro de esa buena relación que aún une a la expareja, sí hubiese felicitación en privado. No solo eso, sino que llegaron a reencontrarse en esa celebración. Lo hicieron como ha sido la tónica general en sus 24 años de matrimonio: sin hacer ruido, tratando de que el gesto pasase desapercibido.
Sin embargo, teniendo en cuenta que todo lo que hacen o dicen desde que se anunció su ruptura se sitúa en el punto de mira, ese reencuentro que han intentado fuese secreto, ha terminado por salir a la luz. Era Paloma García Pelayo quien soltaba la bomba ayer en ‘El programa de Ana Rosa’ tras haber advertido que Cuevas había cuidado muy mucho a quién invitaba a esa cena en su casa para soplar las velas.
«Enrique Ponce cenó esa noche con Paloma Cuevas. Creo que esto es un dato más para afirmar que la relación, pese al divorcio, sigue siendo más que cordial», eran las palabras de la periodista que colabora con Telecinco. También dejaba claro que el diestro acudió solo, sin la compañía de Soria. Tampoco hubiese procedido que hubiese sido de otra manera.
Beatriz Cortázar incidía en esa buena relación entre los ex, explicando que, a lo largo de este verano, no han sido pocas las veces en las que Ponce se ha pasado por la finca que han compartido como hogar durante los últimos años y en la que, ahora, vive ella. Acudir a esa cena, tan solo es una más de todas esas veces que se han visto por el bien de la familia que fueron.
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