No le gusta hablar de su vida, pero, a veces, hace excepciones con aquellas partes que lindan con el terreno laboral. Rocío Carrasco, que esta semana se colocaba en el punto de mira por su ausencia en el ‘Lazos de Sangre’ dedicado a Concha Piquer, se ha pronunciado sobre las consecuencias que, como para buena parte de la población, está teniendo la pandemia para el espectáculo en homenaje a su madre, ‘Qué no daría yo por ser Rocío Jurado’.
Fue en ‘La mañana de La 1’ donde explicó: «Antes de la pandemia teníamos un montón de fechas contratadas. Como cerca de 40 fechas cerradas. Por ejemplo, mañana estamos en Almuñécar (Granada) y la Junta de Andalucía nos ha reducido el aforo a 300 personas. Teníamos el día 7, en Cabra (Córdoba), pero la Junta de Andalucía ha determinado que no se celebre».
Carrasco asegura que, tanto ella como su marido, Fidel Albiac, que es con quien se ha embarcado en está aventura, están «descolocados» por cómo se están sucediendo las cosas y por tener que vivir en la incertidumbre de si, en algún momento, podremos regresar a una mínima normalidad en los espectáculos que les permita enderezar el rumbo y hacer frente a las pérdidas econñomicas derivadas de las cancelaciones.
«Te tienes que ir adaptando porque te encuentras en cada momento con circunstancias distintas«, se lamentaba Rocío, que había jugado la mayor parte de sus cartas profesionales a esta producción en recuerdo de su madre. Ahora, deberá buscar otras vías, como la que le ha ofrecido TVE, para minimizar el golpe.
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