Hace unos meses, John Boyega se convirtió en el símbolo de las manifestaciones por el Black Lives Matter de Londres gracias a un discurso en el que admitió, visiblemente emocionado, que su participación activa en esta lucha podría costarle su carrera en Hollywood. “Mirad, no sé si voy a seguir teniendo una carrera como actor después de esto. Pero me da igual”, gritó megáfono en mano.
“Toda persona negra aquí presente recuerda perfectamente todos los momentos en los que otra persona les ha remarcado que somos negros. Necesito que entendáis lo doloroso que es todo esto. Necesito que recordéis todos los días que vuestra raza no significa nada”, afirmaba entonces con la voz rota en un acto de valentía que fue recibido con aplausos por sus compañeros de profesión, que rápidamente le mostraron su apoyo asegurándole que, si de ellos dependen, trabajo en el cine no le va a faltar nunca.
Eso sí, a lo mejor no lo hace en grandes blockbusters como hasta ahora sino en películas independientes. Sobre todo después de haber criticado a la mayor productora de la industria, Disney, a los que después de haber trabajado con ellos en la última trilogía de Star Wars, acusa de no haber tratado a los personajes negros con el respeto que merecen.
“Cuando te involucras en proyectos así de grandes sabes que necesariamente te va a gustar todo. Pero lo que sí le diría a Disney es que no saque a relucir un personaje negro, lo comercialice para que sea mucho más importante en la franquicia de lo que es, y luego lo deje a un lado” se ha quejado el actor en una entrevista con la edición británica de GQ tras comprobar que los actores racializados fueron relegados a un segundo plano en la última entrega de la saga.
“Eso no estuvo bien. Mira, lo diré directamente: Disney sabía qué hacer con estas otras personas del reparto, pero cuando se trataba de Kelly Marie Tran, o cuando se trataba de mí, saben que lo fastidiaron todo”, acusa.
“¿Qué queréis que diga al respecto? Ellos solo quieren que declare que disfruté ser parte de esas películas y que fue una gran experiencia . Pero yo solo aceptaré a decirlo cuando de verdad lo sea. Al final le dieron todos los matices al personaje de Adam Driver, todos al que interpretaba Daisy Ridley. Pero seamos honestos. Daisy lo sabe. Adam lo sabe. Todo el mundo sabe. No estoy sacando a la luz nada que no se conozca”, explica para justificar su honestidad.
“Nadie más en el elenco tenía a gente diciéndole que iban a boicotear la película porque estaban en ella. Nadie más recibió el ruido y las amenazas de muerte enviadas por redes sociales quejándose de que hubiera personajes negros o que yo no debería ser un Stormtrooper por el color de mi piel. Nadie más tuvo esa experiencia y sin embargo, la gente se sorprende de que sea así. Esa es mi gran frustración”, concluye. Ojalá que esta reflexión, en lugar de ser excusa para posibles reprimendas, haga reflexionar a la industria sobre el tema.
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