Si ya has cumplido 40 años (o más) puedes estar tan estupenda como siempre… y confesar en privado que tu entrenamiento de siempre no tiene los mismos resultados espectaculares que tenía antes. A medida que cumplimos años nuestro cuerpo cambia y una de las manifestaciones más traicioneras de esos cambios es que hay que esforzarse más para mantenerse en forma y que tenemos más tendencia a acumular grasa en zonas que hasta ese momento eran vírgenes de michelín. Conocer las claves del mejor entrenamiento que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y actualizar nuestros conocimientos sobre HIIT nos pueden ayudar a ponernos en forma a partir de cierta edad. Te mostramos cómo conseguirlo con una rutina de ejercicios que puedes realizar en tu propia casa tres veces a la semana.
Flexiones de brazos (tres series de ocho repeticiones cada una)
Las flexiones de brazos son tan conocidas como difíciles de hacer bien. Este ejercicio se convierte en imprescindible (por mucha manía que le tengas) si ya has cumplido los cuarenta porque consigue que trabajes todo tu tren superior a la vez. Recuerda que para hacerlas correctamente debes mantener los abdominales y los glúteos en tensión y tu cuerpo debe permanecer lo más recto y estable posible a lo largo de todo el movimiento de ascenso y descenso.
Sentadillas cáliz (tres series de seis repeticiones cada una)
Esta variante de la sentadilla de siempre incluye sujetar peso con las manos mientras nuestro culo desciende y asciende. Sostén el peso (vale una botella de agua, una mancuerna, una pesa kettlebell) frente al pecho, empuja las caderas hacia atrás y agáchate hasta que los muslos queden paralelos al suelo y después recupera la posición de pie antes de volver a repetir el descenso.
Levantamiento de peso muerto (4 series de ocho repeticiones cada una)
¿Qué es levantamiento de peso muerto? Pues algo tan sencillo como lo que haces cada vez que coges la cesta de la compra que has apoyado en el suelo. Para hacerlo en casa puede llenar de peso una bolsa de viaje con asas anchas y ponerte de pie frente a ella con los pies separados. Dobla las rodillas, desciende como si fueras a hacer una sentadilla, agarra la bolsa por las asas y levántala manteniendo la espalda la recta mientras enderezas las piernas antes de volver a descender.
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