La decisión del rey emérito Juan Carlos de salir del país en plena pandemia, en el mes de agosto y sin informar de su destino ha dado la vuelta al mundo. Como consecuencia, la imagen de la monarquía española y del propio país se han visto afectadas. En Reino Unido, la BBC definía como “humillante” lo sucedido y en el Daily Mail la palabra “corrupción” aparece en varios titulares; por otro lado, el Frankfurter Allgemeine Zeitung se pregunta si Felipe VI conseguirá “librarse de la sombra alargada de su padre”. Diarios italianos, portugueses o franceses han querido informar en primera plana sobre lo sucedido e incluso el estadounidense The New York Times compara el escándalo con otros como el del príncipe Andrés en el caso Epstein y cuestiona la pertinencia de la institución en España y en otros países donde está vigente.
En Reino Unido, una de las últimas informaciones sobre el emérito tiene que ver con la reina Isabel II y la concesión, en 1988, de la Muy Notable Orden de la Jarretera. Según informaThe Daily Mail, la monarca estaría estudiando si hay motivo para retirarle una distinción que se otorga a caballeros y damas a elección de la monarca de Reino Unido, que la concede como un regalo. La componen24 miembros "amigos", ocho miembros de la familia real británica y varios representantes de la realeza extranjera. Entre los últimos, a día de hoy se encuentran tanto Felipe VI y Juan Carlos I y es una distinción que se entrega de manera vitalicia, aunque la reina tiene la potestad de retirarla.
Un honor del siglo XIV
La Orden de la Jarretera fue creada en 1348 por Eduardo III de Inglaterra y la orden de caballería más antigua y prestigiosa del país, el equivalente en términos de prestigio a lo que significa el Toisón de Oro español. Se inspira en los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo, aunque modificada para ser religiosa y el motivo de su creación fue la lealtad entre los caballeros pertenecientes la misma, como estrategia del monarca inglés para conseguir la fidelidad de otros nobles en su misión para conseguir el trono francés.
La reina Isabel II le concedió la distinción a Juan Carlos I durante una visita de Estado a España y la ceremonia de investidura tuvo lugar un año después, en 1989, en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, donde también se han celebrado históricas bodas reales como la de Meghan y Harry o la de Eugenia de York. Durante la ceremonia de la Orden de la Jarretera, el condecorado luce toga de terciopelo azul marino, sombrero con pluma de avestruz y el escudo de San Jorge. Además de la liga de color azul, símbolo de la orden, que los hombres llevan bajo la rodilla izquierda y las mujeres en el brazo.
Felipe VI tuvo la misma suerte que su padre e Isabel II se la concedió en 2017, celebrando el acto de investidura en 2019, en el que también fue condecorado el rey Guillermo de Holanda. Pero de la misma forma que las ortogra, también las puede revocar. En el caso de que el rey Juan Carlos volviera a España y fuera arrestado, la reina Isabel II se vería en la obligación de retirarle la condecoración. Sería la primera vez que alguien le retira los honores al emérito desde que lo es, pero no la primera que se revoca a alguien como miembro de la Muy Notable Orden de la Jarretera, explica el diario británico.
En caso de suceder, Juan Carlos I compartiría el deshonor con emperadores como Hirohito de Japón, quien fue expulsado después de que su país entrara en la II Guerra Mundial como adversario de Reino Unido. Sin embargo, la monarca del país le volvió a reconocer como miembro en 1971, cuando las heridas de la guerra se habían cerrado. Lo mismo sucedió con Vittorio Emanuele III, el rey de Italia por aquel entonces, que sin embargo no vivió para poder ver su membresía a la orden reinstaurada. Un caso parecido, tampoco con final feliz, fue el del emperador Guillermo II de Alemania, a quien se le revocó de la orden en 1915 por ser Alemania un estado enemigo de Reino Unido al estallar la I Guerra Mundial. La misma suerte corrió para el emperador Francisco José I de Austria al iniciar el mismo conflicto.
Otras polémicas y más condecoraciones
Todos los casos tienen en común un componente de enemistad del país de origen del monarca castigado con Reino Unido con una guerra de por medio, pero ninguno de ellos tuvo como motivo haber sido señalado por corrupción.
Otro escándalo parecido tuvo lugar en 1998, cuando Isabel II anunció su intención de nombrar caballero de la Muy Notable Orden de la Jarretera al emperador Akihito de Japón, hijo de Hirohito y padre del actual soberano del país, Naruhito. Entonces, la prensa británica se hizo eco del descontento del duque de Edimburgo, –de quien los diarios destacaban su pertenencia a la Burma Star Association, una asociación de veteranos británicos de la II Guerra Mundial– con la decisión de su mujer de hacer caballero de la orden al soberano japonés. En aquella ocasión, la casa real británica salió del apuro emitiendo un comunicado en el que se negaban las informaciones difundidas por los medios de comunicación del país. A finales del mismo mes, Isabel le otorgaba la condecoración al emperador en su visita a Reino Unido.
Otra condecoración que Isabel II le otorgó a Juan Carlos tras la muerte de Franco fue la de la Real Cadena Victoriana, un galardón creado en 1902 por el rey Eduardo VII como reconocimiento personal del monarca. El emérito lo recibió en el año 86 junto a otros dirigentes europeos como la reina Margarita de Dinamarca, el rey Harald de Noruega y el expresidente de Portugal, António Ramalho Eanes. La historia de la Real Cadena Victoriana es parecida a la de la Muy Noble Orden de la Jarretera: durante la I y la II Guerra Mundial los miembros de estados enemigos fueron despojados de ambas. Ahora, de empeorar su situación con la justicia española, Juan Carlos I podría enfrentarse a la misma suerte que los antiguos jefes de Estado de Italia, Alemania o Japón.
Fuente: Leer Artículo Completo