Su historia nació como una lucha de superación y de hacer frente a sus demonios que se ha convertido en todo un fenómeno en Instagram. Tanto, que su cuenta es seguida por 1,6 millones de personas que en cada post que ella comparte interactúan y convierten en una especie de terapia de grupo donde las palabras de apoyo surgen entre los usuarios de forma natural. Y es que Sarah Nicole Landry quiso hacer de Instagram su cuaderno de bitácora hacia una vida más sana tanto física como mentalmente.
Madre de tres hijos, un día decidió que había llegado el momento de perder peso y cambiar su estilo de vida, así que siguiendo un régimen estricto, llegó a perder 50 kilos. Luego llegó un divorcio que también contribuyó a esa bajada, dado el estrés emocional que causó en Nicole. Así que en poco tiempo, y tal como ella ha ido contando en sus redes y su blog, The Birds Papaya, se quedó sin kilos, con tres hijos y siendo una madre «soltera». Un shock inicial al que Nicole supo ver la parte positiva.
Llegado ese momento, Nicole decidió que era momento de empezar a quererse tal como era. Y ese «tal como era» implicaba estrías derivadas de la perdida de peso, flacidez y celulitis. Cosas que hasta entonces había ocultado y que, llegado el momento, decidió compartir en la red para normalizarlo hasta convertirse en todo un referente del body positive.
«Al crecer, nunca vi mujeres con celulitis. Así que vi extraño y anormal que se desarrollara en la parte posterior de mis muslos cuando era adolescente. Adopté un look masculino, no por elección, sino para poder usar pantalones cortos en lugar de braguitas de bikini. Hacía cientos de sentadillas al día, porque un tipo comentó que cuantas más hiciera, estaría libre de ella. Caminé hacia atrás al salir de las habitaciones en las que estaba mi marido por temor a que pensara menos de mí. Usé pantalones largos en el verano solo para decirles a todos que odiaba los pantalones cortos. Me estaba escondiendo. Porque no sabía que era normal, y mucho menos que había otros como yo. ¿Qué cambió? Lo hiciste. Lo hicimos», comentaba en un post.
Ahora Nicole ha vuelto a casarse y está embarazada de su cuarto hijo, y en su último post ha vuelto a hacer un alegato en pro de los cuerpos reales, con sus defectos y virtudes, y contra los «falsos» posados de Instagram en estos meses de verano: «Vivamos nuestras vidas sabiendo que no estamos aquí para adornar los lados de las piscinas y las playas. No estamos destinados a quedarnos quietos en un solo lugar por temor a un «lado malo». Estamos aquí para vivir. Estamos aquí para existir. Ser – estar. Disfrutar. Cuando hacemos eso, todos son lados «buenos». Foto 1: yo posando / Foto 2: yo jugando con mi hijo. ¿Adivina cuál recordaré más? Eso es un poco a lo que me refiero. El bit de memoria. Ese es el lado «bueno», el lado vivo. Ese es el que deberíamos apuntar».
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