A finales de 2017, Susana Prat, exmujer y madre del hijo de Antonio Orozco, perdía la batalla contra el cáncer. A pesar de que hacía tiempo que su relación sentimental se había roto, mantenían el contacto y muy buen rollo. Principalmente por el bien de ese niño, pero también porque el punto y final discurrió en unos términos de normalidad que permitieron que la amistad siguiera.
Un par de meses más tarde, el cantante, al que le afectó de manera muy profunda esta pérdida, reaparecía en televisión. Como ‘coach’ de ‘La Voz Kids’. El cambio físico era evidente: Antonio había engordado bastante y, tiempo después, reconocía que se había dejado como consecuencia del dolor de esa muerte y de tener que tirar adelante con su niño.
Pero, desde hace unos meses, Orozco se ha puesto las pilas en el gimnasio y, a día de hoy, su imagen se parece mucho más a la del Antonio que empezó a conquistarnos con su música, hace 20 años. A base de constancia y disciplina, se ha quitado un buen puñado de kilos. El cambio es notable y se puede ver con un simple vistazo por su Instagram, donde se muestra tras esas exigentes sesiones de entrenamiento.
«A escasos minutos de entregar el álbum terminado, os iré contando. Estoy muy orgulloso de haber podido contar con tantos y tan buenos profesionales, tengo mucha suerte. …. unos meses que jamás olvidaremos, y ahora en el gym abandonando el estrés. ¡Que nervios,… coño!», escribió hace un día al lado de una imagen tras terminar su rutina.
Lo cierto es que esta metamorfosis ya había quedado de manifiesto hace una semanas, en plena cuarentena, cuando atendió mediante videollamada a ‘El Hormiguero’ y ya se pudo vislumbrar como el Antonio Orozco en forma del pasado, estaba de vuelta. Al menos, de camino y a punto de llegar.
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