La pequeña Matilda ya conoce el mar. Sus padres, Marta Ortega y Carlos Torretta, embarcaron con su hija de tres meses (y con el pequeño Amancio, el hijo de Marta y su exmarido Sergio Álvarez) en el yate de lujo que la familia Ortega tiene atracado en Niza para surcar el Mediterráneo, el Drizzle. Desde allí han navegado por la Costa Azul hasta Portofino, en la Riviera italiana, en un crucero de más de una semana que acaba de concluir en Mónaco.
La revista Holaha confirmado el viaje con fotos del matrimonio con su hija a bordo del yate, en el que también viajan unos amigos de la pareja. No es la primera vez que Marta Ortega y Torretta recorren el Mediterráneo juntos. El año pasado también viajaron por la Costa Azul, recorriendo Saint-Tropez y Cannes, entre otros puertos. Aunque entonces fue en junio, y en circunstancias muy distintas, como recién casados y sin adivinar lo distinto que sería el mundo un año después. De hecho, hace exactamente un año se mostraban cariñosos en público en la Madrid Fashion Week, en el desfile de Roberto Torretta, el suegro de Marta.
Ahora, estas vacaciones son mucho más especiales: se han convertido en las primeras para Matilda, que nació una semana después de que empezase el confinamiento, y que ha vivido sus primeros meses de vida en aislamiento junto a sus padres.
El viaje se ha producido en el Drizzle, el yate de 68,77 metros de eslora y 11 de manga valorado en unos 30 millones de euros que Amancio Ortega compró hace años, y en el que se dejó ver en 2017, tras una reforma integral a manos de los prestigiosos arquitectos navales De Voogt (tan a fondo que aumentó su tamaño un metro y medio). En ese viaje de 2017 por la Costa Azul, Amancio iba acompañado de su mujer, Flora Pérez, su hija Marta y dos de sus nietos. Un trayecto al que Carlos Torretta no pudo acudir, por compromisos.
Pero desde entonces la pareja ha disfrutado al menos unos días al año de la embarcación familiar, siempre junto a amigos, y recorriendo ambas Rivieras, la francesa y la italiana. El yate está pensado para recorrer los mejores destinos del Mediterráneo, y suele estar anclado en Mónaco, a la espera de que los Ortega lo disfruten. Su dueño, Amancio Ortega, suele preferir el Valoria B, atracado en Sanxenxo y con el que disfruta Galicia, dejando el Drizzle para el disfrute de familia y amistades. Sus múltiples cubiertas albergan una sala de cine, un gimnasio perfectamente equipado junto a la piscina en la cubierta superior y varios jacuzzi. Un barco que, desde la semana pasada, se ha convertido en la primera salida a la libertad de la hija de Marta Ortega y Carlos Torretta tras varios meses de encierro.
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