La nueva normalidad no tiene nada que ver con lo normal. Pero hay que reinventarse o morir y las casas de moda no se han quedado atrás. Como otras muchas empresas, han tenido que idear nuevos formatos, no solo de venta, también a la hora de celebrar los desfiles. ¿Cambiará la crisis del coronavirus el circuito de desfiles y colecciones? No podemos asegurarlo, pero sí podemos confirmar que, de momento, la semana de la Alta Costura que se celebra estos días en París, del 6 al 8 de julio, no tiene nada que ver con lo que era antes. Ahora los desfiles -si se les puede llamar así- se celebran en nuevos formatos, en su mayoría audioviosules y lo más importante: accesibles para todo el mundo porque no necesitas invitación.
Cierto es que el más parecido a lo que era antes ha sido el de Balmain, que inaguraba ayer la Alta Costura con un desfile sobre un barco que navegaba por el Sena. Una forma de hacer un show en el que el público – todos los que quieran mirar desde la orilla- eran los ciudadanos parisinos. Algo original y cercano, que si bien no era un desfile como tal, se parecía un poco: había modelos, trajes y público.
Nada que ver con la apuesta de Schiparalli, otra de las grandes casas de costura. La firma ha apostado por un formato en vídeo que se puee ver en Youtube en el que su director creativo, Daniel Roseberry, pasea por Nueva York, donde quedó atrapado por el confinamiento, y muestra el proceso de creación de los bocetos de la colección, pero no se transforman en prendas de verdad en ningún momento. «Actualmente, la vida se vive de acuerdo a opuestos; la pandemia ha puesto del revés todo lo que conocíamos. Ahora, en vez de un equipo para crear esta colección, solo tengo mi propia imaginación. En vez de Place Vendome en Paris, ha sido diseñada y dibujada en un parque. Todo ha cambiado, pero mi imaginación y el deseo de crear, nunca han sido más profundos ni más relevantes. Esta colección es un tributo a ese impulso por la creación. Es además la razón por la que el mundo de Schiaparelli refleja mejor que nunca los tiempos que estamos viviendo. El compromiso de Elsa con lo surrealista, su fascinación por invertir la realidad cotidiana, nunca han sido más oportunos».
Otros ejemplos, la rusa Ulyana Seergenko nos ha enseñado, también en un vídeo, el proceso de creación de sus vestidos, con declaraciones suyas y de las costureras de su taller, para acabar con el proceso de fitting y un caleidoscopio en el que se ven todos los diseños de la colección. Iris Van Herpen ha hecho un pequeño film de apenas cuatro minutos en el que los materiales cobran vida para dar forma al vestido.
Cada casa de costura presenta su desfile de una forma diferente y estamos seguras de que nos van a sorprender durante estos días todavía más. Ahora ya no solo importa el qué, también el cómo.
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