Al contrario que muchos de sus compañeros de profesión, Kivanç Tatlitug suele mantenerse bastante al margen de la vida pública y son pocas las ocasiones en las que comparte algo personal en sus redes sociales. Por eso, las noticias que llegan de él son informaciones que obtienen los medios de comunicación turcos habitualmente del entorno del actor o siguiendo sus pasos de cerca. La última de esas noticias es que el protagonista de Sühan: venganza y amor, Amor prohibido y Kuzey Güney habría cedido dos mansiones que poseía en la costa de su país, concretamente en la localidad de Bodrum, a sus familiares, y él se habría ido de alquiler con su esposa, la estilista Basak Dizer, a otra localidad muy cercana, Yalikavak.
Karantina sürecinde aylarca dışarı çıkmayan ailesini Bodrum’da ağırlayan Tatlıtuğ, evlerini onlara tahsis etti. Oyuncu, eşi Başak Dizer Tatlıtuğ ile birlikte kiraladığı eve geçti. #KivancTatlitug #basakdizer pic.twitter.com/l4B4ehtJn0
Kivanç ha demostrado una vez más lo unido que está a su familia y lo generoso que es con ellos siempre que puede. Durante el confinamiento por la crisis de la Covid-19, el actor alojó a sus cuatro hermanos y sus respectivas familias en sus mansiones de Bodrum, y ahora que ha llegado el verano, él y su esposa habrían decidido dejarles que se queden ahí a pasar cómodamente estas vacaciones. Mientras, la pareja ha alquilado una bonita casa de piedra cerca de allí, también junto a la costa, con piscina privada y ubicada en el paseo marítimo de Yalikavak.
Kivanç Tatlitug, enamorado de los coches y las motos y solidario con los niños
Por otra parte, también se ha sabido, a través del mismo periodista que informaba de lo anterior, Mehmet Ustundag de la revista Hürriyet, que el atractivo intérprete, que es un apasionado de los coches y las motos, de los que posee una gran colección, podría haber abierto un taller que utilizaría para tunear este tipo de vehículos, tanto suyos como de sus amigos. El local está ubicado en Maslak Oto Sanayi Sitesi, según la publicación.
Mientras tanto, Tatlitug ha pasado estos meses de confinamiento, además de con su familia, intentando ayudar a gente necesitada. Por eso, se unió a la causa solidaria de Unicef, para aportar su granito de arena a la educación de los niños y ayudar a que los que no podían continuar con la formación online por falta de medios, tuvieran una solución. «Doné a Unicef para contribuir a la realización de mi sueño y los apoyé para proporcionar sets de ‘Aprendizaje en el hogar’ para los niños más vulnerables. Cada donación de 100 libras turcas significa que un niño puede aprender en casa», escribió en su Instagram, animando a todos los ciudadanos a aportar también lo que pudieran: «Incluso la donación más pequeña es valiosa».
Covid19 salgını süresince ne yazık ki her çocuk eğitimine uzaktan devam edemedi. Benim #HerÇocukİçinHayalim akranlarıyla eşit fırsatlara sahip olması, en güç durumdaki çocukların da kaliteli bir eğitime erişmesi. Hayalimin gerçekleşmesine katkıda bulunmak için UNICEF’e bağış yaptım, en güç durumdaki çocuklara ‘Evde Öğrenme’ Setleri sağlamalarını destekledim. Her 100 TL bağış bir çocuk için ‘Evde Öğrenme’ Seti anlamına geliyor. En küçük bağış bile çok değerli ve fark yaratacak. Haydi siz de hayalinizi paylaşın, bağış yapın ve çevrenizi davet edin. https://help.unicef.org/childhoodchallenge #kivanctatlitug
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La esposa de Tatlitug, Basak Dizer, por su parte, se ha reincorporado ya a su trabajo y una de las últimas fotos que ha compartido ha sido una en la que se la ve en su oficina y con una mano vendada. Según información de la prensa turca, se rompió el dedo meñique de su mano derecha mientras hacía deporte durante las vacaciones en Bodrum, y aunque no tuvo que ser operada, se vio obligada a llevar una escayola durante tres semanas.
@roomtr cuma ofisi 💙 #office #friday #freeday
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