La jet recupera poco a poco el pulso de la vida en sociedad. Esta semana se ha producido una pequeña cumbre en el Horcher, uno de los restaurantes predilectos de la élite madrileña -templo de la discreción y el buen hacer en sus más de 75 años de historia- donde suele (o solía) ir el rey emérito Juan Carlos a degustar su exquisito rodaballo y sus platos de caza. Con don Juan Carlos y doña Sofía estuvo en 2012, de hecho, la exjequesa de Qatar Mozah bint Nasser al-Missned, una de sus visitas más reseñables.
Pero el Horcher acaba de reabrir tras semanas clausurado por el estado de alarma -aunque mantiene su servicio de Horcher en casa-, y para celebrarlo ha tenido lugar esta cumbre de socialites. Según ha podido saber Vanity Fair, el miércoles Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa acudieron al mítico local de la calle Alfonso XII, junto al madrileño parque del Retiro, en el que disfrutaron de una agradable velada acompañados por Joao Flores, el millonario empresario portugués íntimo amigo de Preysler casado con Tita Torrabadella.
Ellos no fueron, sin embargo, los únicos con ganas de regresar a la vida social. También se encontraron en el Horcher poniéndose al día en una buena mesa llena de exquisiteces Marta Álvarez Guil, la presidenta de El Corte Inglés, junto a su marido Juan Claudio Abelló, hijo del empresario Juan Abelló y Anna Gamazo.
Poco a poco y con todas las medidas de distanciamiento y protección necesarias, también la jet comienza a recuperar sus encuentros volviendo a sus lugares de siempre. El Horcher es, por otra parte, siempre un acierto. No en vano, le avalan décadas de éxitos en los fogones. Un clásico de las navidades para muchas familias desde hace más de 20 años del que escribió el periodista Owen Sullivan en las crónicas de la época para The New York Times, “los acaudalados pueden deleitarse el paladar igual que si estuvieran en Nueva York, a veces incluso mejor”. Más o menos lo mismo sigue sucediendo hoy de la mano de Elisabeth Horcher, cuarta generación de la familia llegada de Alemania a Madrid dispuesta a hacer historia en este templo gastronómico de la capital por cuyas mesas vestidas con manteles de hilo y cubertería de playa han pasado desde Cristóbal Balenciaga, Sophia Loren, Charles Chaplin o Salvador Dalí, políticos de todo signo y, por supuesto, empresarios y socialites como los que ahora regresan para comprobar que, en temas gastronómicos, en el Horcher todo sigue igual.
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