De Mabel Lozano me gusta su energía, su preocupación por las mujeres más vulnerables de la sociedad, aquéllas que son explotadas por gente sin escrúpulos, sólo por el maldito dinero, y a quienes apartan de sus familias y de sus países, y a quienes Mabel ha dedicado desde hace 15 años algunos documentales que después han utilizado para su formación las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Fiscalía. Un ejemplo de que es mucho el camino que queda por explorar en este campo, en el que Mabel trabaja sin descanso, como activista que es.
Pero no es de eso, o no sólo, de lo que quiero hablar con ella, sino del cáncer de mama que le detectaron en plena pandemia, y que ella hizo público en las redes sociales con el fin de que las mujeres se conciencien de lo importante de la prevención.
Mabel, en primer lugar, ¿cómo se encuentra?
Como todo el mundo; con ganas de que termine esta terrible distopía en la que vivimos, y que nuestras vidas vuelvan a la no-calma.
Para sus seguidores en Twitter fue una sorpresa saber que le habían operado de cáncer de mama. ¿Por qué lo hizo público a través de las redes?
Quise compartir con otras mujeres la importancia de la detección precoz del cáncer de mama. Desde hace muchos años utilizo mi voz, mi cine, para intentar hacer un mundo más justo e igualitario para millones de mujeres, las más vulnerables, y desde ese mismo compromiso pensé que podía convertir lo que me había pasado a mí en algo que pudiera ayudar a otras mujeres.
Lo ha conseguido, porque han sido muchas las que se han sentido solidarias con usted.
Nadie tiene una vida perfecta, por esto es muy importante nuestra actitud. Quería transmitir que soy capaz de superar lo que la vida me ponga por delante, e incluso aprender de lo que me ha sucedido para convertirme en mejor persona debido a la adversidad.
Aconsejan hacerse revisiones periódicas. ¿Cómo se lo detectaron, por una exploración rutinaria?
Justo en los primeros días del confinamiento me llamó una amiga que acababa de terminar la radioterapia. Paka compartió conmigo su felicidad de haber superado a este monstruo de cabezas infinitas que es el cáncer… Al colgar, casi por inercia, yo misma detecté un pequeño bulto en el pecho izquierdo. Pensé si debía o no ponerme en marcha, pero, sobre todo, si podía hacerlo con todos los hospitales llenos de personas afectadas por el covid-19.
Muchas personas dejaron de ir a los hospitales por miedo al contagio. No sé si estando allí fue consciente de lo que estaba ocurriendo o no.
Me operó un equipo maravilloso en plena crisis sanitaria. El pronóstico de mi carcinoma era muy bueno en abril, quizá si hubieran esperado a septiembre todo hubiera sido más complicado. Es ésta la razón por la que se habla una y mil veces de la detección precoz.
El virus nos ha obligado a darnos de bruces con una realidad que no esperábamos. ¿A partir de ahora cree que priorizará nuestra salud por encima de lo demás?
Nos creemos inmortales, pero no lo somos, al contrario, estamos viendo todos estos meses lo vulnerables que somos los seres humanos. Ricos, pobres, hombres, mujeres… Tantas personas que están muriendo, tanto dolor e impotencia que, efectivamente, nos hace reflexionar sobre la vida.
Sin embargo, viendo el comportamiento de quienes se han echado a la calle como si nada pasara, tengo la sensación de que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.
El lado bueno de esta pandemia es que muchas personas estamos desarrollando nuestro sentido comunitario.
¿Con qué animo se está enfrentando a la desescalada?
La desescalada me va a pillar con las sesiones de radio porque, afortunadamente, no he necesitado quimio. También, con la entrega de mi nuevo libro, que se publica el próximo mes de octubre después de casi tres años de ardua investigación.
¿Ha tenido que aparcar algún proyecto que tuviera entre manos?
Mi nuevo documental, “Biografía del cadáver de una mujer”, se estrenó el día 8 de marzo en el festival de Medina del Campo, días después nos confinábamos y mi documental, como todas las películas, también entraba en cuarentena. Ahora, de nuevo, comienza a caminar por el esfuerzo de muchos festivales de cine de exhibir en digital: aunque no es lo mismo, la cultura debe seguir.
Es evidente que el confinamiento ha agravado la economía. ¿Qué debería primar, la salud o la economía?
Está claro que la salud siempre es lo primero, pero me preocupa mucho que la crisis económica afecte sobre todo a los más vulnerables y que mucha gente se quede en exclusión social.
Cuando todo pase, ¿qué pasará, olvidaremos lo ocurrido?
Como te decía antes, espero y deseo que de esta situación tan adversa todos aprendamos, que de lo feo seamos capaces de crear algo inspirador.
¿Cómo ha cambiado su vida en estos meses?
Estos meses han sido muy intensos, he vivido el miedo y la incertidumbre que hemos sufrido todos por esta situación sin precedentes, con el añadido de lo que he visto en directo debido a la cirugía, ya que he visitado los hospitales para las curas y tratamientos.
¿Qué es lo que más ha echado de menos en estos meses?
El calor humano; los besos, los abrazos, las risas compartidas.
¿Se puede ser feliz con pocas cosas?
La felicidad no depende de lo externo, depende de nosotros, y sí, se puede ser feliz con lo que a veces consideramos pequeño, que suele ser lo enorme, lo importante.
Habrá tenido tiempo de reflexionar sobre su vida, ¿qué borraría si pudiera?
Vivo el presente con intensidad, porque caer en la melancolía de algo que ya no puedo cambiar, no sirve de nada.
¿De qué se siente más orgullosa a nivel profesional?
De seguir utilizando el cine como una herramienta de transformación social con la misma pasión con la que empecé hace quince años, para intentar vestir de derechos a las mujeres y niñas desnudas de éstos.
¿Y a nivel personal?
De mi familia.
La tecnología nos permite trabajar y estar en contacto con familiares y amigos. ¿Corremos el riesgo de aislarnos demasiado?
De hecho, los jóvenes están llevando bien el confinamiento precisamente porque son nativos digitales y se relacionan a través de internet con sus amigos, pero se están aislando y corren el peligro de deshumanizarse.
Sigue luchando por la grave situación en la que viven las prostitutas. ¿Ha estado en contacto con alguna de ellas en estos meses?
Las mujeres en situación de prostitución es uno de los colectivos más vulnerables. Nos han dicho “quedaos en casa” pero muchas de estas mujeres no tienen casa. Siempre estoy en contacto con mujeres prostituidas y con asociaciones que trabajan por sus derechos, no sólo soy una cineasta que pone el foco de mi cámara en la trata, en la prostitución, soy una activista.
¿Cómo se les puede ayudar a salir de ese infierno?
Con políticas que aborden la reinserción, que las “vistan” de derechos.
¿Por qué ciudadanos y estamentos sociales hacen oídos sordos a sus reclamaciones?
La ciudadanía, porque estamos cada vez mas deshumanizados y nos miramos sólo nuestro ombligo, y a los políticos, que son los que deben legislar, parece que no les importan estas mujeres, víctimas también de exclusión social y legal.
Está en contra de la legalización, ¿no sería mejor legalizarlas para que estuvieran más protegidas?
Esto precisamente es por lo que luchan los proxenetas desde hace décadas. ¿De verdad crees que una sociedad democrática y libre puede permitir una de las formas más crueles de violencia de género? ¿Esta flagrante violación de derechos humanos?
Ha aumentado el consumo de pornografía entre los jóvenes a través de las redes. ¿No es desolador que esto ocurra en pleno Siglo XXI?
La pornografía se considera un fenómeno inofensivo y sin víctimas, por el contrario, el gran consumo de porno por parte de los jóvenes cada vez a más temprana edad lleva aparejados efectos muy perjudiciales para la sociedad, consecuencias de una enorme trascendencia, personal, familiar y social.
¿Debería incluirse en la educación una asignatura que abordase estos temas?
Sí, es muy importante la educación afectivo-sexual sana.
Tiene dos hijos. ¿Cómo han vivido el confinamiento?
Lo han llevado bien porque ambos han empezado en la Universidad este año y han tenido que estudiar. Además, como todos los chavales de su edad, se comunican con sus amigos a través de internet.
¿Qué ha sido lo más duro para ellos?
No ver a su abuela, a sus primos, a sus amigos…
Cocina muy bien. Aunque sólo sea por cambiar de aires, ¿no le hubiera gustado participar en MasterChef?
Me encanta cocinar, incluso el día que llegué del hospital recién operada, lo primero que hice nada más llegar a casa fueron unas torrijas para Jacobo, que es muy goloso. Yo tengo mi propio MasterChef en casa, con la mejor audiencia, mi familia.
¿Qué olores y sabores guarda de su infancia?
Las magdalenas que mi madre y yo hacíamos en el horno de la panadería de mi pueblo, además del olor de aquellos dulces recién horneados… Recuerdo esos espacios de complicidad con mi madre.
¿De quién ha heredado la fuerza que pone en todo lo que hace?
De mi madre, una mujer maravillosa, generosa, fuerte… Nos ha dado tanto amor a mis hermanos y a mí, que tenemos para un par de vidas,sin ninguna duda.
En las parejas siempre hay uno que tira más que el otro. ¿En su matrimonio, quién tira de quién?
Pues depende del día, nos vamos turnando.
Tras dos meses encerrados, ¿se ha resentido la convivencia con Eduardo, su marido?
A nosotros, justo el encierro nos pilló con el susto del diagnóstico y la cirugía, así que, al contrario, mi marido ha sido un gran compañero, cómplice, cariñoso y solícito.
La cultura ha sufrido un duro golpe, aunque apenas se habla de ello.
Rosa, un país sin cultura, está abocado al fracaso.
De lo que está viviendo, ¿qué rescataría para un documental?
La capacidad de supervivencia que tiene el ser humano, la resiliencia.
¿Quién es Mabel Lozano?
Nació en Villaluenga, To- ledo, el 28 de diciembre de 1967. Modelo, actriz y directora de cine, y presentadora de televisión, ha compartido platós con Ramón García, Nuria Roca, Andoni Ferreño y Juan y Medio.
TRAYECTORIA En 2007 da un cambio radical a su vida profesional tras pasar por la Universidad para estudiar Cine. A partir de entonces, centra su carrera primero como guionista y después como directora de películas- documentales, entre otras: “Chicas nuevas 24 horas”, donde aborda en profundidad el tráfico y explotación de las mujeres. Un tema recurrente en su nueva faceta, que culmina con la publicación del libro titulado “El proxeneta”, publicado por la editorial Argumentaria. Una historia real y en primera persona de un esclavista de mujeres en España. Mabel ha recibido numerosos premios por su trabajo en favor de las mujeres más desfavorecidas y explotadas.
FAMILIA Casada con el productor Eduardo Campoy, la pareja tiene mellizos: Jacobo y Roberta.
La foto favorita de Mabel Lozano
“Me gusta esta foto porque estoy con mi hija, Roberta, que me acompañó a recibir un premio por mi trabajo. Me encanta crear esos espacios de complicidad sólo para nosotras”.
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