El clima está cálido, el sol brilla, y se siente bien estar vivo. Eso debe significar algo: es la temporada de Kirsten Dunst. La actriz que recientemente comenzó el tour de prensa por su programa On becoming a God in Central Florida, y su segunda o tercera o decimoquinta temporada, ha obtenido una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Allí estuvieron su prometido, Jesse Plemons, su hijo, Ennis, y un gran cantidad de fotógrafos.
¿Es importante? Especialmente ahora, solo unos días después de lo que le dijo a Larry Flick en su programa Sirius: “Sé que todo lo que tienes al final es tu trabajo, y que esa es por lo que en realidad se interesa la gente, y soy lo suficientemente inteligente para saberlo y tenerlo mi perspectiva. Pero a veces es guay que tus compañeros reconozcan tu trabajo”. Así que es muy bueno que haya obtenido esta estrella, por lo menos.
Dunst, colaboradora desde hace tiempo de Sofia Coppola, quien se encontraba en el evento, dijo algunas palabras como agradecimiento y derramó algunas lágrimas, de forma conmovedora. Tanto que hizo lamentar el día en el que alguien decidió no entregarle el Oscar, lo que parece que sigue en su mente. “De las cosas que a la gente le gustan, ¿os acordáis del filme María Antonieta ?– todos lo criticaron, y ahora lo aman. Muérete, bonita, supercriticada. Ahora todos la adoran”, afirmó. “Me parece interesante. Siento que muchas de las cosas que hago a la gente le gustan. Pero no he sido reconocida por la industria. Siempre me siento como si no fuera nadie. Quizás ellos piensan que soy solo la chica de A por todas”.
¡Imaginen el discurso de los Oscars que hubiera dado! Piensen en el discurso que daría hoy, después de tanto tiempo. ¡Ella ha sido una actriz desde que solo era una niña en pantalones cortos! Eso es mucho tiempo para crear el discurso más encantador.
Dunst ha sido conocida en definitiva por A por todas, un clásico, pero la idea de que ella solo ha sido conocida por un filme adolescente es completamente falsa, y si tú estuvieras sentado ahí cuando ella lo dijo, seguramente habrías tenido que retractarse. Nosotros no la habríamos dejado irse con un discurso así de negativo de sí misma. Le habríamos recordado amablemente que ella es la chica de las fotografías junto a Jake Gyllenhaal, y todos nos habríamos reído sin parar.
Dunst tampoco ha sido nominada por un Oscar, pero ella ha empezado a recibir lo que se merece, particularmente porque aquellos sinceros y de gran corazón para reconocer un buen trabajo son lo suficientemente viejos para comentar sobre ello en Internet o en las instituciones de crítica más veneradas de Estados Unidos. Jia Tolentino, que escribió sobre Muérete, bonita para el New Yorker, ha vuelto a llamar la atención sobre el filme 20 años después, y Tolentino solo tenía diez cuando se estrenó. Tolentino no argumentó que tendría que haberse llevado el Oscar, pero sí que merecía más reconocimiento por haberlo hecho extremadamente bien. Amanda Dobbins salió en defensa de la María Antonieta de Sofia Coppola siete años después de la presentación del filme, en 2013. Dobbins argumentó que Dunst merecía un gran premio por sus filmes y ahí está, finalmente lo obtuvo.
Hemos estado malgastando nuestro tiempo, con jóvenes estrellas en nuestra cara, dejando ir a las mejores actrices premiadas de nuestros corazones, y mintiendo en publicar polémicas en cómo Dunst merece un pequeño feedback positivo aquí y allá de críticas y pares. Simplemente para Kiki.
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