El 27 de mayo de 1949 la actriz del momento, Rita Hayworth, se casaba con el príncipe Alí Khan. Fue una boda de cuento, con más de 500 invitados en la Riviera francesa. Aunque la protagonista de Gilda siempre tuvo mala suerte en el amor. Aquella boda de ensueño que tantas portadas acaparó fue la tercera de la actriz. Anteriormente había estado casada con Edward Judson, un buscafortunas que lo único que perseguía era hacerse rico a costa de su joven mujer. Margarita Cansino, como se llamaba realmente, se casó con él a los 18 años solo por huir de su padre, quien abusaba de ella y la explotó desde que tenía 13 años. Se divorciaron en 1942 y al año siguiente ya estaba casada con Orson Welles quien se había encaprichado de ella al verla en una portada de la revista Life. Con él tuvo una hija, Rebecca, pero tampoco encontró la felicidad.
Las ausencias, infidelidades y continuos desprecios (llegó a llamarla idiota ante la prensa) hicieron que el divorcio fuera inevitable. Dos años después de su segundo divorcio llegó la boda con el príncipe Alí Khan, otro hombre mujeriego e inestable que no consiguió darle lo que buscaba. La boda fue una de las más impresionantes que se recuerdan. Se celebró en Vallauris, cerca de Mónaco y contó entre sus invitados con siete príncipes, cuatro princesas, un emir y un maharajá. La actriz entró pisando un manto de flores de 30.000 rosas y muy cerca se encontraba una piscina con 1.000 litros de agua de su colonia favorita, traída especialmente para el gran día desde Grasse. Sobre la colonia flotaban más y más flores con un ramo que componía las iniciales de los novios.
Hayworth llevó un precioso diseño de uno de sus diseñadores de cabecera, el francés Jacques Fath, que hoy es pura tendencia. Fue un diseño de vestido camisero y falda plisada en color azul claro. Sobrio y discreto de no ser por la gran pamela que la acompañó. Un vestido que cualquier mujer, novia o no, soñaría con tener hoy en su armario por ser altamente favorecedor con ese punto sofisticado de la década de los 40.
Rita Hayworth se casó con Ali Khan escapando de Hollywood. Con él tenía la esperanza de no tener que trabajar más de actriz, trabajo que detestaba, y ejercer únicamente de princesa consorte. Fue la primera actriz en casarse con un príncipe, siete años después lo haría Grace Kelly pero esta boda no fue ni mucho menos la solución a sus problemas. Tuvo a su segunda hija, la princesa Yasmin pero, una vez más el matrimonio fracasó y Hayworth tuvo que volver a Hollywood. Todavía se casaría dos veces más y dos veces más se divorció corroborando aquella maldición que la perseguía y que ella misma conocía bien: "Los hombres se van a la cama con Gilda y se despiertan conmigo".
Es el precio de la fama que también sufrieron otras grandes estrellas del Hollywood dorado como Marilyn Monroe. Mujeres que se vieron sepultadas por sus propios personajes, que gracias a ellos alcanzaron la fama, pero también por su culpa nunca consiguieron ser realmente queridas.
Artículo publicado originalmente en mayo de 2019 y actualizado.
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