Hace tan solo unos días, y de una forma inesperada, Lana del Rey anunció a través de Instagram el lanzamiento de un nuevo álbum tan solo un año después de su anterior trabajo, Norman Fuckin Rockwell. Una noticia que pese al entusiasmo de los miles de fanáticos que reúne la estadounidense se vio manchada por la polémica que generó el alegato que le acompañaba, una extensa reflexión sobre el feminismo en la industria de la música en la que la artista no dudaba en acusar con dureza a rostros tan conocidos como Beyoncé, Cardie B o Camila Cabello.
«Ahora que Doja Cat, Ariana Grande, Camila Cabello, Cardi B, Khelani, Nicki Minaj y Beyoncé han alcanzado varias veces el número uno con canciones que hablan de estar sexy, de no llevar ropa interior, de tener sexo, de engañar a tu pareja y demás… Por favor, ¿puedo volver a cantar sobre sentirme bien solo por estar enamorada, incluso si la relación que tengo no es perfecta, sin ser crucificada o acusada de tener una visión romántica del abuso?», comenzaba diciendo la carta que Lana compartió en Instagram. «Estoy cansada de escuchar a compositoras y cantantes que dicen que ‘glamurizo’ el abuso cuando en realidad solo soy una persona glamurosa que canta sobre las relaciones basadas en el abuso emocional. Algo que todos sabemos que está muy presente hoy en día en la sociedad», señalaba.
Como era de esperar, la publicación generó multitud de criticas no solo por la gravedad de lo expuesto sino también porque muchos le acusaron de únicamente nombrar a artistas latinas. El impacto fue tal que Lana ha querido salir a explicar, mejor dicho a matizar, a través de un vídeo en IGTV, qué quería decir con todo ello.
«Cuando dije personas que se parecen a mí, me refería a las personas que no se ven fuertes o necesariamente inteligentes, o que tienen el control. Se trata de abogar por una personalidad más delicada, no por una mujer blanca», ha explicado. «Es triste intentar hacer que este tema sea sobre las mujeres de color. Estoy hablando de ellas porque son mis cantantes favoritas. Este un problema de la sociedad hoy en día: no todo se trata de lo que quieren que se trate. De eso es lo que se trata esta carta, de que hay ciertas mujeres que la cultura no quiere que tengan una voz. Y no tiene que ver con la raza», añade.
Una reflexión que no parece haber convencido a sus detractores, al menos los comentarios así lo han mostrado. Habrá que esperar si finalmente la polémica acaba aquí o esto no ha hecho sino aumentar la llama.
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