Nos han advertido que el mundo que nos vamos a encontrar tras el paso de la pandemia por todos los rincones del plantea, va a sufrir modificaciones con respecto a esa realidad que dejamos para confinarnos hace ya más de dos meses y medio. Pero, poco a poco, hay que ir retomando la rutina. También los ‘royal’ europeos están comenzando a reparecer y a retomar su agenda. Este fin de semana, era el turno del príncipe Alberto de Mónaco que, recordemos, en su día dio positivo en el test del Covid-19.
Porque debía haberse disputado el GP de Fórmula 1 por las calles del principado, pero, al igual que el resto de la actividad deportiva, el gran circo del motor, también está parado (es la primera vez que se suspende la carrera desde 1954). En su lugar se celebró el rodaje de un anuncio de Ferrari al que asistió en compañía de los hijos de su hermana Carolina, Andrea y Pierre Casiraghi, y de la mujer de este último, Beatrice Borromeo.
Manteniendo las distancias y enseñando a la población cómo debe hacerse un buen uso de la mascarilla, se pasearon por el set de rodaje junto a John Elkann, presidente del grupo Fiat Chrysler, y al piloto Charles Leclerc. Una manera de escenificar cómo ha de ser esa llamada ‘nueva normalidad’ en un principado que no ha llegado a los 100 contagiados y que tan solo ha sumado cuatro víctimas mortales como consecuencia de la pandemia.
Y, sin embargo, el príncipe Alberto es consciente de que las medidas no deben ir solo encaminadas a esa higiene y esa manera distinta en las relaciones personales. Nos referimos al recorte que ha realizado en los presupuestos reales para amortiguar el golpe económico: la familia real dejará de percibir el 40% de los ingresos previstos a principios de año (todos los detalles de esta medida, aquí), un dinero que irá destinado a la reconstrucción del país.
Desde la prensa nacional advierten, además, que la pandemia ha tenido un efecto positivo para Alberto. Justo cuando estalló el problema sanitario, los rumores recurrentes sobre una crisis matrimonial con Charlene esteban a la orden del día. Sin embargo, el hecho de que él permaneciera aislado hasta que el virus desapareció de su cuerpo y el apoyo que esta ha recibido de los hijos de la princesa Estefanía, habría relajado las tensiones.
Quizás Alberto y Charlene también estén dando paso a una nueva normalidad matrimonial que ha sido puesta en entredicho desde el mismo día que se dieron el ‘sí, quiero’, con informaciones que torpedeaban una felicidad que han provocado momentos de profundos baches, sobre todo en el ánimo de ella, durante todos estos años.
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