Meghan recreó en el jardín de su casa el romántico viaje que hizo a Botsuana con el príncipe Harry en 2016, un viaje muy importante para la pareja que acaba de celebrar su segundo aniversario de bodas porque se fueron a África justo cuando acababan de conocerse. Bajo las estrellas de este lugar tan significativo para ambos fue realmente donde se enamoraron y comenzaron a dar los primeros pasos de su gran cambio vital. El pasado 15 de septiembre, cuando Harry cumplía 35 años y la pareja empezaba a preparar su salida de la familia real británica -comenzó solo dos meses después con unas semanas de vacaciones antes de anunciar una de las más inesperadas noticias que ha afectado a la Corona en las últimas décadas-, Meghan preparó una celebración muy especial para su marido: una velada como la de aquellos días.
Sacó al jardín de Frogmore House, aún no habían volado a Vancouver ni a Los Ángeles, una tienda de campaña y sacos de dormir para acampar como entonces. Según ha contado una persona cercana a los duques de Sussex a la revista People, Botsuana es un lugar muy querido para ambos, especialmente para el príncipe Harry, y Meghan quería “traer ese lugar feliz para él en su día”. Le preparó la cena para disfrutar de un momento entrañable y recordar el lugar “donde creyeron en el amor”.
Aquel 2016, Harry y Meghan viajaron juntos por primera vez a Botsuana. Volvieron en 2017, coincidiendo con el 36 cumpleaños de Meghan. Allí se comprometieron -Harry le regaló a Meghan un anillo con un diamante de Botsuana, lugar al que Harry ha considerado su “segundo hogar”-. En 2019, ya como marido y mujer y en la primera línea de la Casa Real británica, regresaron. Esa vez, además, no lo hicieron solos, les acompañó su hijo Archie en su primer viaje al extranjero con el que, por otra parte, el pequeño hizo historia al convertirse en el royal más joven en un tour real, con solo seis meses.
Las cosas ahora son muy diferentes, aunque también como en septiembre, han celebrado un día importante, su segundo aniversario, en casa. Según ha contado la misma fuente, es su forma de festejar los acontecimientos más importantes y familiares. En la intimidad, compartiendo detalles con una importante carga sentimental más que un gran valor económico. Para celebrar su aniversario se intercambiaron regalos “muy creativos y románticos” “haciendo su propia versión” del tradicional regalo del segundo aniversario de bodas, el algodón.
Para el primero, Meghan le regaló una copia impresa del discurso de su boda enmarcada para él. El papel es el símbolo del primer año de casados y simboliza la fragilidad del matrimonio en sus etapas iniciales y ese folio en blanco aún por escribir. En el segundo, el algodón, representa no solo eso de vivir en una nube sino una unión versátil y duradera. Para el tercer aniversario, ya tenemos una pista, va unido al cuero. Lino, madera, hierro, lana, bronce… son los siguientes materiales en los que Meghan se fijará si hace de este símbolo el ritual de su aniversario con el príncipe Harry.
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