Quizás sea el miedo porque la vuelta a España está en el horizonte y puede que haya ganado peso como figura mediática. Que los medios quieran hacerse con declaraciones de Rocío Flores día sí y día también. Y lo cierto es que, si hasta ahora el respeto por no hacerle preguntas residía en su silencio, en ‘Supervivientes’ ha destapado la caja de los secretos lo suficiente como para que sea tarde para dar vuelta atrás.
Lo sabe, y por eso anoche mostró arrepentimiento por haber sacado a la palestra, con tanta naturalidad y todo lujo de detalles, sus sentimientos y su sufrimiento por la inexistencia de relación con una Rocío Carrsco a la que ha mandado continuos mensajes para intentar tender un puente que no parece vaya a llegar (con felicitación de cumpleaños incluida ante la que tuvo esta respuesta).
Rocío había compartido con su compañero Albert Barranco ese sentimiento de culpabilidad tras la confesión del martes: «Me siento mal por haberlo exteriorizado. Es una parte de mí que estoy acostumbrada a llevarla yo y compartirla con todo el mundo… No sé. No quiero que mi madre se piense que he hecho el concurso hablando de ella».
Anoche, Jorge Javier Vázquez le pedía permiso a Rocío para hacer una reflexión sobre todo este asunto. La joven, que siempre ha tenido una enorme complicidad con él, que se ha preocupado de que estuviera a gusto en plató desde la primera vez que pisó uno, se lo daba. Sabe de sobra que las palabras del presentador siempre van a ser con el mayor de los respetos y en clave de consejo, por su bien, sin intención alguna de urgar en una herida que ayer manifestó tiene abierta.
No he querido hacer daño»
«Yo si fuese tu madre… Pensándolo… A mí me hubiese encantado que una hija mía hablara de mí así, cómo tú has hablado de ella en el concurso», le decía Jorge Javier, que tranquilizaba a una Rocío que le agradecía el gesto: «Te agradezco que me lo digas, es una cosa que me lleva martirizando durante todo el concurso, así que gracias».
«Al final he intentado hacer el concurso siendo yo y no quería que la opinión en casa sea que he venido a hablar de mi familia y de mis padres. Pero estar aquí conllevaba hablar de ciertas cosas, no he querido hacer daño», remataba Flores poniendo sus sentimientos, una vez más, a flor de piel y rompiendo a llorar.
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