La semana pasada, uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de Nueva York venía cómo unos ‘hackers’ atacaban su sistema informático y se llevaban secretos muy sustanciosos de ‘celebrities’ como Lady Gaga, Madonna o Elton John. Desde el bufete no solo no lo negaban, sino que emitían un comunicado en el que aseguraban que habían informado convenientemente a sus clientes.
Ahora, las informaciones que llegan apuntan a que esos mismos piratas se habrían hecho con los trapos sucios de Donald Trump, y que los habrían vendido a un comprador secreto que ahora tendría en su poder esos documentos con los que extorsionar al presidente de Estados Unidos. Un contratiempo en la batalla que libra, contra el coronavirus, y que ha provocado que se le señale por la gestión que está realizando de la crisis.
Los ‘hackers’ le han puesto precio a mantener en secreto ese material que comprometería a Donald: que el bufete Grubman Shire Meiselas & Sacks debe pagar los 20 millones de euros que se les pidieron en un primer momento si no quieren que hagan estallar la bomba informativa. Por el momento, y para demostrar que no es un farol, han sacado a la luz el material menos ofensivo para Trump, unos correos electrónicos de carácter legal, documentos y contratos que mencionan al presidente.
Los piratas, que responden al nombre de REvil, han realizado una advertencia clara tras la publicación de esos primeros escritos: «Como prometimos, hemos publicado la primera parte de los datos porque se acabó el tiempo«. Una manera de presión para alcanzar ese objetivo d chantaje que investiga contrarreloj el FBI para que no se viole la intimidad de los clientes de Grubman.
Si quiere seguir siendo presidente, obligue a estos muchachos a pagar»
«Hemos leído la posición de las autoridades. Declarar esto un acto de terrorismo es su decisión y no afectará a nuestro trabajo. Hemos publicado una primera parte de los documentos de Trump, los no dañinos, y vamos a seguir si no nos pagan», continúan estos, añadiendo: «Hay elecciones en curso y hemos encontramos un montón de información a tiempo Señor Trump, si quiere seguir siendo presidente, obligue a estos muchachos a pagar, de lo contrario, puede olvidarse de ganar. Y a ustedes, votantes, podemos informarles que después de tal publicación, no querrán verlo como presidente. La fecha límite es una semana. Grubman, destruiremos tu empresa hasta los cimientos si no vemos el dinero».
En ese escrito aprovechan para burlarse de la inoperancia del FBI para aplacar este ataque que podría tener unas consecuencias nunca vistas para el gobierno de Estados Unidos: «Me apresuraría. Si yo fuera su competidor, compraría los datos y los publicaria justo al comienzo de la elecciones. Sería divertido, pero puedes adelantarte y comprar tus datos».
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