¿Cómo es posible que la joya más valiosa, más cara y legendaria de las reinas españolas sea un sencillo collar de perlas?

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“Observad esta tiara. Es la tiara de las lises, tiara Ansorena o tiara buena. Espectacular, ¿verdad? Muchos brillantes y algunos de muy buen tamaño. Pero… ¿Y si os digo que su valor es menor que el de un sencillo collar de perlas?

Con este gancho y una majestuosa fotografía de la reina Letizia en una cena de gala en el Palacio Real en 2017, el historiador de arte y escritor Roger Bastida abría un interesante hilo en Twitter sobre la joya más valiosa de la Familia Real española: las perlas de Isabel II.

“El valor de la gema es fundamental, claro. Una determinada gema tiene un precio más o menos concreto en el mercado. Pero lo que marca la diferencia es el recorrido histórico de la pieza. Las joyas también son historia del arte. Y también nos cuentan relatos”, nos explica este historiador a través del email. El relato de estas valiosísimas perlas habla de bodas que cambiaron la historia, exilios, deudas y herencias, conectando a la propia Isabel II con doña Sofía o, más recientemente, con doña Letizia.

De hecho, este mismo mes de marzo, justo antes del cierre de fronteras, la reina Letizia llegaba junto al rey al Elíseo en París, ataviada con un sencillo traje azul marino y el magnífico collar, para asistir a los actos del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. Lo cierto es que Letizia ha lucido estas perlas solamente en dos ocasiones, al menos en público: la primera fue en 2018, en una recepción en honor al presidente alemán Frank-Walter Steinmeier y su mujer, en el Palacio Real de Madrid.


“La belleza de las perlas es atemporal. Son clásicas, nada chillonas, no pasan de moda. De hecho, la perla viene suscitando el interés de artistas y literatos desde hace muchos siglos. Ya se mencionan, y en más de una ocasión, en la Biblia. La importancia de este collar radica tanto en la calidad y el tamaño de las perlas, que hay que remarcar que son naturales, como en su antigüedad (primera mitad del XIX, hasta donde los expertos han podido rastrear). Probablemente se trate de la joya más antigua de las que tiene la Familia Real. Por eso está en el lote de las joyas de pasar, porque Victoria Eugenia era conocedora de su valor económico y patrimonial para la rama principal de la familia”, nos cuenta Roger Bastida.

Volvamos al hilo que da pie a esta historia:

La primera vez que se vio el collar era algo diferente…

Fue un regalo de boda de Francisco de Asís de Borbón a su futura esposa, Isabel II de España. Recordemos que era la primogénita del rey Fernando VII y de su cuarta esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y que ascendió al trono cuando aún no había cumplido los tres años, algo que hizo necesario establecer una regencia y que desembocó, incluso, en la Primera Guerra Carlista. Con 14 años se le concedió la mayoría de edad, asumió el trono y dos años después el Gobierno arregló un matrimonio con su primo, el infante Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz. Como detalle de compromiso, él le regaló el magnífico collar.

Un impresionante collar…

37 gruesas perlas naturales con un enorme diamante como cierre y un colgante de perla perilla.

¿Qué precio podría alcanzar este histórico collar hoy?

Toda cifra imaginable (como el aproximado millón de euros con el que salió a subasta en 2015 un raro collar de perlas negras también de Isabel II) parece quedar corta, porque, como nos cuenta Roger Bastida, "al precio material tenemos que sumarle el peso histórico, que no es poco. Es un collar que ha vivido muchas aventuras y muchos momentos clave de la historia".

“Las joyas se deterioran con el uso, como es normal, y necesitan reparaciones. Si uno sigue las joyas reales de foto en foto verá que hay desperfectos que se van solucionando poco a poco”, invita este historiador.

Así llegamos a su forma actual…

Más moderna, sin la perla perilla.

Pero, ¿cómo es posible que estas perlas cuesten más que una tiara de diamantes?

Su origen es un misterio… pero no son rusas

“La autoría del collar es desconocida. En los últimos 20 años se le había dado el nombre de perlas rusas de María de las Mercedes, porque se relacionaba con un collar comprado en San Petersburgo y regalado por Alfonso XII a su primera mujer. Esto venía por una factura encontrada en Palacio", explica Roger Bastida. "Pero las últimas investigaciones, llevadas a cabo por Nuria Lázaro, especialista en las joyas de Isabel II, vienen a confirmar que se trata de un collar anterior en el tiempo, de la primera mitad del XIX. Parece ser que fue un regalo de boda de Francisco de Asís de Borbón a Isabel II y que había pertenecido a la madre de este, Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias. Sería el collar que aparece en el famoso retrato de Madrazo donde Isabel II lleva un vestido azul. La historia del arte avanza gracias a los trabajos académicos. Y es normal que las atribuciones cambien y las informaciones se amplíen.”

Lo heredó doña Sofía…

… y así llegó hasta doña Letizia

“Vamos a recapitular. En 2015 la reina llevó un collar de perlas de cultivo a los Princesa de Asturias. Y la prensa dijo que era el de las joyas de pasar (“perlas rusas”, equivocadamente). El que llevó en 2015 no tiene nada que ver con el de pasar: es más o menos nuevo y todas las perlas tienen el mismo tamaño y un color muy blanco porque, como digo, son de cultivo. Luego, en 2018, la reina ‘estrenó’ el collar de pasar para un almuerzo con el presidente de Alemania y su mujer en el Palacio Real. Y ahí fue cuando se puso el collar girado. Para que se viera bien el cierre, que es un brillante de dimensiones notables. El collar que se puso en 2015 tenía, como cierre, una piedra azul (un zafiro, probablemente). Mostrando el brillante del collar de pasar, disipaba todas las dudas. Lo que hizo fue ayudar a que la prensa distinguiera entre las dos joyas. Pero, aun así, algunos medios, no todos, insistieron y dijeron que el de 2015 y el de 2018 eran el mismo collar. Con una simple comparativa fotográfica se puede ver que no.”

"Como se puede ver, la información que manejamos es limitada. En muchos casos parte de comparativas entre fotos o cuadros… O de lo que dicen los medios", continúa Roger Bastida en su hilo. Y concluye: "Por eso os invito a leer los estudios académicos disponibles, que sí manejan fuentes primarias. Como he dicho, Nuria Lázaro ha investigado las alhajas de Isabel II, así como el reparto de estas joyas a su muerte". Lázaro es especialista en el joyero de Isabel II y tiene diversos trabajos que mencionan el collar, desde su tesis Las joyas de la Reina Isabel II de España a los artículos Las joyas pintadas por Federico de Madrazo en los retratos de la reina Isabel II y El reparto de joyas tras la muerte de Isabel II, un proceso problemático.

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