La Organización Mundial de Naciones Unidas empezó a celebrar el Día del Reciclaje el 17 de mayo de 2005. Ahora, 15 años después, esta fecha sigue siendo de vital importancia. El planeta nos necesita y gestionar bien nuestros residuos es fundamental. ¿Sabías que con ocho cajas de cereales se puede fabricar un libro? ¿Y con 40 botellas de PET un forro polar? ¿O que una olla de cocina necesita sólo ocho botes de conserva?
En esta ocasión queremos centrarnos en los bulos y falsos mitos que existen en torno al reciclaje, historias que no se corresponden con la realidad y que muchas veces incitan al consumidor a no actuar bien.
Desde Ecoembes nos desmontan los siguientes mitos:
-En los camiones de recogida no se separan los residuos. Sí lo hacen: Los camiones tienen un sistema bicompartimental en su interior, lo que hace posible la recolección de diferentes residuos en un mismo vehículo sin que se mezclen entre ellos.
-En la planta de reciclaje se junta todo lo que nosotros separamos. No, aunque es inevitable que en la recogida de residuos selectiva algunos lleguen a la planta con algunas impurezas. Estas son separadas y eliminadas por métodos manuales y automáticos previos a su tratamiento.
-Los productos reciclados son de peor calidad. Falso: tanto el vidrio, como el aluminio y muchos plásticos pueden ser reciclados de forma ilimitada sin perder sus propiedades.
-Es muy laborioso el reciclaje diario de residuos. Mentira: una vez que cojas hábito, lo harás sin pensar. Y, además, sólo necesitas tres cubos de basura en la cocina. Merece la pena: desde que se empezó a reciclar, en 1998, se han evitado 21 millones de toneladas de CO2.
La industria textil, muy contaminante
La investigadora Kirsi Niinimäki, de la Universidad Aalto en Finlandia, ha recopilado datos que demuestran que la industria textil es el segundo sector más contaminante del mundo después del transporte aéreo. Esta industria consume 1,5 billones de litros de agua anuales y emite 1.700 millones de toneladas de CO2. “Consumimos demasiado. No necesitamos tanto. La gente utiliza una prenda un 36 por ciento menos que hace quince años, pero consume un 40 por ciento más. Por ejemplo, un estadounidense sale a la calle a comprar cada cinco días y medio. Por año, una persona puede adquirir hasta 27 kilogramos de ropa”, explica.
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